EL TESORO DE TARZÁN (TARZAN'S SECRET TREASURE, EU, 1941)
Por fin Richard Thorpe le agarro el ritmo a la saga y descubrió cual es el alma del personaje, ese mítico héroe legendario atlético que los salvajes africanos consideran una deidad misteriosa a la que le tienen temor, que los animales siguen hasta la muerte, con una mujer que lo ama locamente y por la que haría lo que fuera como se ve al final, y ademas le da al hijo un protagonismo que va mas alla de ser la causa del problema. Una expedición llega al monte Mutia en pro de la investigación de los animales y el lugar, al inicio el joven Boy (Johnny Sheffield) se baña con sus padres haciendo los tres muestras impresionantes de talento de nado y clavadismo, ahi el pequeño encuentra oro al que Tarzán (Johnny Weissmüller tan atlético como en las primeras) no le da valor, el niño se pone a rondar mas lejos y encuentra una tribu donde las creencias hacen que todos se vuelvan mas irracionales todavía a causa de una enfermedad, Boy y otro niño solovino son salvados por la expedición y estos por Tarzán.
El profesor Elliott (Reginald Owen) es recibido por Tarzán y Jane (Maureen O'Sullivan tan radiante como siempre), el tipo quiere estudiar el lugar y los que lo habitan, en tanto el irlandés O'Doul (Barry Fitzgerald en buen punto cómico) ve a Tarzán como el irlandes perfecto, pero los ambiciosos Medford (Tom Conway) y Vandermeer (Philip Dorn) descubren el oro de Boy y lo convencen de compensarlo si les dice donde hay, los tipos se encargan de su jefe y engañan a los demas tomando como rehenes a Jane y Boy, lo que sigue es lo mismo de siempre pero esta vez entregado por el director de la mejor manera, con un ritmo bestial y unos efectos muy buenos, con Weissmüller en su mejor manera física y dándole protagonismo a Cheeta, uno que va de lo cómico a lo emocionante, ya había pasado antes pero mejor aqui, igual el solovino es pieza clave.
Pero lo valioso es todo lo que sucede, desde que Tarzán sale del acantilado, las peleas con animales, los saltos entre los arboles con esos trapecios escondidos, las peleas con los hipopótamos, la tribu salvaje sufriendo el ataque del implacable hombre mono que los ataca por abajo, les da vuelta, destruye embarcaciones, con cocodrilos e hipopótamos al por mayor, con Cheetas y leones, con los elefantes alocados y esta vez sin maquillaje, el clímax es un deleite y ademas es violento y justiciero, quizá incluso mas que antes, donde por fin todos reciben su merecido, hasta los lugareños, todo esto con tomas debajo del agua, por arriba, siguiendo al embrutecido protagonista que escala, brinca, corre, se lanza, nada y pelea como si fuera incansable, y ademas ese final bonito donde ¡por fin! el personaje que es moral y hace las cosas bien obtiene una recompensa, uno no puede terminar mas que con una sonrisa ante una fantasía tan desproporcionada, y con un poco de erotismo de regreso, uno vuelve a ser niño por un segundo y se agradece.
Calificación: Interesante