Trasladar un manga a la pantalla grande es realmente complicado, en primera porque los mangas tienden a ser historias largas, después porque se tocan aspectos y temas delicados que molestan a la mayoría, y finalmente porque la mayoría de los mangas son muy especializados, son hechos para un nicho muy pequeño, por ello el manga a diferencia del comic tiene decenas de subgéneros si no es que cientos, y cuando se hace una película casi siempre se trata de generalizar el asunto traicionando su fuente, y no es que sea de esos que se cortan las venas cuando ven que el traje es diferentes, o que cierto dialogo cambio, eso no me interesa en lo más mínimo, podría ser completamente diferente y se le perdona si es una buena película.
Claro que es imposible para los fanáticos no opinar que alguna cosa hubiera funcionado mejor de cierta forma o que algo que se quito era interesante, solo escribo esto como anotación porque no conozco para nada el manga de Azumi en el que esta basada esta cinta del mismo nombre, pero escribo esto porque pareciera que el director Ryuhei Kitamura parece no decidirse por la fantasía o la realidad y por momentos vemos una cosa y por momentos otra, y aun así la cinta cumple su propósito de entretener como un cine de samuráis muy ligero, Gessai (Yoshio Harada) recoge una huérfana llamada Azumi (la Idol Aya Ueto con cara de circunstancias) y la entrena junto a otros niños para que sean asesinos (no samuráis) con la misión de matar a tres señores que quieren guerra contra el Shogun.
Al paso de los años los niños están listos y después de una dura prueba donde mueren la mitad son llevados por su maestro a eliminar los tres señores, la primera misión es lo mejor de la cinta, una platica entre Azumi y la victima donde la pone a pensar, la segunda se alarga lo que resta de cinta, primero liquidan a un doble en una buena batalla donde se pierde otro compañero, después conocen unos artistas ambulantes y se preguntan si es necesario lo que hacen y desean una vida normal que culmina con una batalla con tres asesinos depravados, después llega el violento asesino Bijomaru (Joe Odagiri) quien comienza a liquidarlos y termina con todos en una violentísima escena final en una aldea donde mueren muchos maleantes, lastima que ese tono semirealista se rompa con esa "supervelocidad" de Azumi.
Calificación: Palomera