Debo admitir que tengo debilidad por las peliculas sobre monstruos "antigüitas", tienen un encanto con el que sueñan las nuevas y además los efectos aunque son obvios nos dan una muestra de como eran artesanales y con mucho cariño, en pocas palabras prefiero mil veces estas cintas sencillas y poco realistas que las nuevas en las que monstruos de miles de metros pelean con heroés en algun vehiculo o a puño limpio, vamos que las peliculas de monstruos ya no son lo que eran, un simple entretenimiento sin aires de grandeza que nos daba lo que ofrecia, un rato de imaginativa aventura, esta pelicula de Eugene Lourié cumple con lo que promete, un monstruo prehistorico que despierta por nuestra causa y empieza a causar destrozos mientras todos lo intentan detener.
Tom Nesbitt (Paul Hudschmid) forma parte de un grupo de exploradores cientificos que estan haciendo pruebas atomicas en el artico, claro que como lo que hacen esta mal lo pagan inmediatamente liberando a un monstruo ancestral al que solo Tom queda como testigo, nadie le cree exceptuando la bella cientifica Lee (Paula Raymond) (¿porque será que en estas cintas las cientificas siempre son modelos?) quien le ayuda con la investigación y convenciendo a su protector, el profesor Thurgood (Cecil Kellaway) para que los ayude y a su vez convenza al coronel Jack (Kenneth Tobey), claro que antes de que todos sepan que esta pasando el monstruo llega a norteamerica y comienza a hacer destrozos.
Ni la policia ni el ejercito pueden con él, y lo peor es que esta esparciendo un virus prehistorico del que no hay cura, el final tan sencillo y fantasioso como siempre pero cumple. Además como estas cintas son cortas no tenemos tiempo de aburrirnos, ni siquiera de pensar que todo lo que sucede es ridiculo (aunque si del parecido que tiene como Godzilla), simplemente nos divertimos con esa fabula que como todas las de su tiempo llevan implicito un mensaje, esta vez quiza una critica a la bomba atomica, o a la falta de imaginación en la ciencia, o que se yo, lo que si se es que los efectos de Ray Harryhausen son lo mejor de la cinta, esos "monitos" que echaron a volar la imaginación de tantos.
Calificación: Vale la Pena