Si ya apuntaba en la reseña de la cinta Inframundo que lo mejor que tenia que ofrecer el filme era el eyecandy que regalaba la actriz Kate Beckinsale con su vestimenta superceñida, sus dotes de heroína de acción y su sacrificio al soportar el traje y los tacones, y eso sin contar el aguantar el insulso guión, pues la secuela ofrece exactamente lo mismo, es decir a la bella Kate Beckinsale con el traje ceñido y sus cambios estéticos, pero como esto ya lo habíamos visto en la anterior cinta esta vez el director Len Wiseman decide aprovechar a su señora Beckinsale poniéndola en una injustificada escena de cama con el aguado Scott Speedman donde increíblemente Beckinsale se ve todavía muchisimo mejor que en su traje ceñido, y la escena llega justo a la mitad del metraje cuando uno esta empezando a bostezar obviamente para despertarnos.
Y de que va? La cinta comienza justo donde termino la anterior, con Selene (Kate Beckinsale, bien) y Michael (Scott Speedman) escapando de los vampiros y en especial del vampiro ancestral Marcus (Tony Curran) quien los persigue porque necesita los recuerdos de Selene para liberar a su hermano William quien es ¡¿un hombre lobo?! ya que ellos dos son el primer vampiro y el primer hombre lobo, hijos del primer inmortal, el soso Alexander Corvinus (Derek Jacobi) quien nunca se sabe a bien que piensa o cuales son sus acciones, de esta clase de huecos esta llena la cinta, ¿por qué son inmortales? ¿por qué uno se volvió vampiro y otro hombre lobo? entiendo que a uno lo mordió un lobo y a otro un vampiro, pero y... esta es la trama que además de pecar de sencilla no respeta reglas por lo que incluso los personajes pueden revivir a voluntad o por lo menos eso parece.
Y aquí me aviento un spoiler ¿por qué no? Michael muere (ojala se hubiera quedado muerto) y después de toda una ceremonia resulta que revive dos minutos después porque su sangre de híbrido se lo permite, esto quiere decir que no se respetan reglas y que el guionista Danny Macbride y el propio director se van por el camino fácil, algo que se nota mucho al final ya que la cinta aunque simple es entretenida pero la batalla final a pesar de ser buena visualmente es facilona y hasta toma tintes ridículos/autoparodicos, esto ya les había sucedido en la primera parte pero aquí es aun peor. En cuanto a la producción hay que aceptar que es buena y que la fotografía, efectos especiales y maquillaje están bien cuidados, también se nota el salto de los efectos de la primera parte a esta pero no creo que le haya ayudado, la otra se sentía como un simple vehículo de entretenimiento y esta se toma más en serio lo cual si termina afectando de mala manera, para terminar decir que la cinta anterior me gusto más, en parte porque esta continuación no ofrece nada nuevo y también porque Curran no le llega ni a los talones a Bill Nighy villano principal de la cinta anterior.
Calificación: Palomera