Este filme fue el que le arrebato el oscar al "El Laberinto del Fauno", en efecto, aquella vez teníamos (más bien del Toro) una gran oportunidad y una gran cinta para pelear el oscar, pero se topo con esta grandiosa cinta y no pudo hacer nada. Ahora con peligro de que me llamen malinchista doy mi opinión; definitivamente la obra maestra de Guillermo del Toro no tiene nada que hacer contra la opera prima del director Florian Henckel Von Donnersmarck, si bien siempre he expresado mi respeto hacia "El Laberinto del Fauno", "La Vida de los Otros" es una obra maestra en todos los sentidos, un viaje espiritual que despierta lo más hermoso y terrible de nuestro ser.
Y de que va? El sobrio capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe, perfecto) es un oficial extremadamente competente de la Stasi, la todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la antigua República Democrática Alemana, Wiesler es tan competente que no tiene vida fuera de su trabajo, quisquilloso, perfeccionista, solo se dedica a trabajar y cree ciegamente todo lo que le dicen sus superiores, él solo obedece ordenes para proteger su amada República. Pero, cuando en 1984 le encomiendan que espie a la pareja formada por el prestigioso escritor Georg Dreyman (notable Sebastian Koch) y la popular actriz Christa-Maria Sieland (impresionante y bellisima Martina Gedeck), no sabe hasta que punto esa misión va a influir en su propia vida...
Así Wiesler empieza a sentir cierta afinidad hacia los principios de estas personas y sufre frente a las desgracias y abusos que sufren ellos. Paulatinamente Wiesler empieza a revelarse frente al sistema, ya sea desairando al despiadado ministro Bruno Hempf (Thomas Thieme, bastante bien) e incluso traicionando a su amigo/colega, el ambicioso teniente coronel Anton Grubitz (esplendido Ulrich Tukur). Pero, que tan lejos puede llegar Wiesler jugando de los dos lados y cargando con un gran dilema moral, ¿que decidirá hacer?
Que más puedo decir, el guión escrito por el mismo director Florian Graf Henckel von Donnersmarck no tiene fallos, incluso las escenas que no tienen diálogos son excelentes, la dirección es casi perfecta (solo dos o tres cambios de toma rápidos que rompen con el estilo de la cinta), la producción es impecable; la música de Gabriel Yared y Stéphane Moucha me toco fibras sensibles, la fotografía de Hagen Bogdanski es magnifica, vestuario, montaje, en general la producción es estupenda, tal vez no sea muy notorio el trabajo de producción pero no cabe duda de que es magnifico.
Las actuaciones son una cosa majestuosa, la interpretación del Wiesler de Ulrich Mühe es cosa de otro mundo (¿y los premios? ¿donde esta el oscar?), su mirada es extraordinaria, no necesita soltar un discurso para que sepamos que piensa, es increíble como refleja el cambio de Wiesler. Martina Gedeck preciosa, sensual, esplendida, su interpretación es el hilo que une todo, Sebastian Koch tiene una interpretación segura, mesurada, en cuanto a Ulrich Tukur sabe darle a su personaje los tintes necesarios entre seguridad y desplante.
Una historia humana que nos remite el pasado de Alemania, y nos muestra que los alemanes pueden voltear a ver su pasado reciente, con autocritica pero sin caer en fatalismos, justo como este filme que nunca cae en el chantajismo. La cinta te tiene todo el tiempo como se dice coloquialmente "al filo de la butaca", te tiene en tensión, te tiene pasmado, y con un inmenso nudo en la garganta, por lo menos a mi así me tuvo, al final casi llegaba a las lágrimas.
El filme es potente e impresionante, explota con una fuerza asombrosa y cautivadora, una cinta trágica que se transforma en una oda a la vida y la integridad humana, Henckel no pierde su tiempo explicando situaciones históricas sino que la fuerza de su relato viene de su brillante y al mismo tiempo perturbadora historia. La cinta es como la mirada de Mühe; sutil, enigmática, bestial e hipnótica. Todos deben de ver esta obra maestra, como perderse algo que golpea con tanta fuerza pero al mismo tiempo nos deja un sentimiento de grandisima humanidad.
Calificación: 9.7 - Magnifica