Nolan (un esforzado Mamoudou Athie) acaba de sufrir un accidente y por ello perdio su memoria y su mujer por lo que su niña Ava (Amanda Christine) tiene que cargar con él como si de un niño se tratara, incapaz de recuperar su trabajo ya que también olvido su talento, e incluso sin la capacidad de cosas básicas como cocinar y olvidando recoger a su hija el tipo decide tomar un tratamiento experimental con la respetada doctora Lilian Brooks (Phylicia Rashad, bien) quien le pone la caja negra del titulo original para que vieja a su subconsciente y logre recordar quien es para poder tener una vida junto a su hija, el detalle es que las personas que aparecen en sus recuerdos no tienen rostros y peor aun, en todos aparece un extraño ente que parece contorsionarse y andar al revés intentando atacarlo, es así que cada vez que Nolan viaja a sus recuerdos termina convirtiéndose en una pesadilla de la que debe escapar.
Pero el tratamiento funciona, ve momentos, recuerdos, destellos, y empieza a recordar quien es, por lo que sigue asistiendo aun con el dilema de que parte de esos recuerdos lo retratan como una persona oscura y violenta de un pasado que según sus allegados nunca existió pero que aun así existen en su mente, mientras recupera su memoria Nolan duda de su verdadero ser y el pasado que parecen querer ocultarle, ¿quien es en realidad? ¿su hermano (Tosin Morohunfola) e hija intentan ocultarle la esencia de su personalidad? ¿lo manipulan para que sea la persona que ellos desean? todas estas incógnitas nos despierta el primer largometraje filmado y escrito por Emmanuel Osei-Kuffour Jr. que dirige con seguridad y solvencia una cinta de drama, terror psicológico y ciencia ficción que no esconde sus referencias directas, por algo el protagonista se llama Nolan ya que los juegos mentales y múltiples capas subconscientes nos remiten al cine de Christopher Nolan como "Inception" y algunos detalles salidos de "Get Out".
Es cierto que cuando la cinta hace esa primera revelación ya nunca retoma con la misma intensidad que tenia el thriller dramático, pero se sostiene en especial por la manera en que el director retrata a su personaje principal, y que deja claro que las personas somos esclavos de nuestro carácter por mas dormido que este, es una pena que al final la cinta se decante por algo tan sencillo, convencional y cómodo, si no estaríamos hablando de una cinta mucho mas valiosa, aun así la cinta es recomendable y tiene la peculiaridad de aunque estar casi íntegramente formada por un equipo de color delante y detrás de cámaras no se volca en hacer un drama social o una critica sobre el racismo, un tema que ya resulta cansino y que casi siempre entra con calzador, en lugar de eso Osei-Kuffour Jr. nos dice que la maldad, los aprovechados y la miseria existen en todos los humanos sin importar su color de piel, y mas importante aun, lo hace con buen cine.
Calificación: Bien