Nunca he mirado una película de Marchal antes, pero según he leído antes no caía en el principal defecto de esta cinta, embarullar todo de manera innecesaria, y es que el director lo hace bien, tiene un buen manejo del espacio cinematográfico y de los tiempos, no sobresaliente pero cumplidor, no teme mostrar violencia explicita ni escapa a la sordidez de los temas que trata, y tiene una buena dirección de actores que es donde más brilla esta cinta, pero en cuanto al guion, aunque nunca pierde interés, lo cierto es que resulta innecesariamente complicado, son tantos temas y personajes los que se intentan entrelazar - algunos si lo hacen - que uno termina por sentirse abrumado, y deseando que ya se concrete algo en si, ademas de que este exceso causa que por momentos algunos personajes se dejen de lado siendo importantes debido al exceso de información, eso si, no puede negarse que lo crudo y realista del asunto me gusto, la historia no toma conveniencias por lo que cualquiera puede morir en cualquier momento, y aunque eso pueda molestar al publico acostumbrado al cine gringo lo cierto es que se agradece.
Reynal (Nicolas Cazalé, lo mejor de la cinta) sale de la cárcel para reunirse con sus jefes, unos mafiosos mexicanos que como ya las plazas de aquí están tomadas fueron a proliferar a Europa donde ya compraron a la policía, Alfonso Castroviejo (Carlos Bardem) los envía en una entrega que les dejara mucho dinero, liderada por el sociópata Eduardo (Alberto Ammann, sobreactuado pero que le da vistosidad a la cinta), pero Reynal es un topo y pasa la información a su jefa Sara (Sara Bellaïche) que empieza a colaborar con Richard (Assaad Bouab), el jefe de policía que investiga los asesinatos de unos menores de edad cuya madre esta desaparecida, juntos con la información recibida quieren atrapar al grupo en plena entrega donde ademas el receptar seria un desquiciado mafioso millonario que se jacta de cometer crímenes a plena luz del día.
Junto a esto tenemos a los males haciendo diferentes escalas, y con la sospecha de que tienen un chivato entre ellos, un ególatra musulmán con novia drogadicta, un ario que apenas habla, el mentado Reynal, una mujer (Naïma Rodric) que solo esta para cumplir los deseos de su jefe Eduardo son lo más interesante del filme, ese viaje de destrucción, sexo y muerte que dejan por donde van pasando y donde Reynal es un testigo obligado, por el otro lado la investigación es mucho menos interesante, solo los momentos de acción y persecución son donde los personajes aparecen con peso, y al final se suman tantos personajes que uno pierde tiempo memorizando en lugar de poner atención al desarrollo de la historia, eso si, como apunte antes la cinta es cruda, y el doloroso final no se salva de eso, ni siquiera cuando el supuesto bueno de la película le hace una jugarreta casi sin querer a la mujer que había enamorado, en fin, in intento fallido de un thriller policiaco con buenos momentos e ideas, y que se deja ver sin que quede en la memoria.
Calificación: Palomera
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