Comienza la cinta y un par de personas están enterrando algo, o eso parece, una pala en un lugar solitario en plena madrugada, lo siguiente que vemos es al desgraciado Bull (Neil Maskell, formidable) llegar a casa de uno de sus antiguos compañeros criminales, unos mafiosos de poca monta pero extremadamente violentos, pero queda claro rápidamente que el más cabrón de todos es el mismo Bull que como vemos por medio de unos flashbacks que están diseminados por todo el metraje fe traicionado por su mujer, su jefe, su familia y amigos solo porque su esposa Cheryl (Kellie Shirley) se enamoro de otro de los empleados de su papa que es el jefe de todos (el eterno villano David Hayman luciéndose) por lo que así sin más, decidieron deshacerse del incomodo Bull porque este jamas se alejaría del hijo (Henri Charles) que tanto ama y que ademas es con el único con el que parece mostrar empatía y humanidad.
En tanto vemos esos dolorosos flashbacks donde se cocina una traición shakesperiana somos testigos de manera paralela de la venganza del tipo que regresa diez años después para recuperar a su hijo y de paso vengarse de todos los que le jugaron chueco, y si el tiempo pasado siempre se mantiene interesante por lo que sucede y porque queremos saber que sucedió hace diez años que tiene a todo mundo tan incomodo lo que sucede en el presente es aun mejor, con un antihéroe que no se detiene por nada y que solo conoce la violencia como medio de interacción con los demás humanos, Bull no distingue entre hombres y mujeres, la familia o niños pequeños no es algo que lo haga detenerse, e incluso es capaz de terminar con la única mujer que lo ha amado con tal de que ya no sufra, como si se le mostrara misericordia lastimosa a un animal, todo esto sin que el director rehuya a mostrar la violencia pero nunca regodeándose en la misma, por lo que esta conserva su impacto aunque nunca se detenga el numero de torturas y cadáveres.
Por el otro lado tenemos a los villanos, el padrino Norm que tampoco teme usar los peores medios, que no duda en torturar a una anciana, entregar a su familia, o asesinar a los subordinados que le estorben con tal de salvar el pellejo, ademas las sensaciones de los demás siempre son un enigma para el respetable, sabemos porque lo vemos por los flashbacks y por lo que dicen los demás personajes, que Bull es un psicópata sádico que parece más haber entrado en ese mundo para hacer lo que le gusta como trabajo a haberse acostumbrado a hacerlo por la chamba, pero ni así es entendible el temor que despierta en todos los demás el que haya regresado, o que se diga que regreso, parecen estar conscientes de que no pueden detenerlo y solo esperar a que llegue rezando porque la muerte sea lo más rápido posible, sin importar si son mujeres.
Así mientras la violencia va escalando, estamos del lado de este "ángel" de la muerte porque aunque es un malnacido los otros lo son mas, y a final de cuentas el busca rescatar a su hijo, del que nadie parece saber nada, ya con esto, el ambiente irlandés del asunto, la suciedad de la historia, lo turbio de ese mundo, el logrado maquillaje, el buen ritmo que nunca acelera pero no se detiene en su duración de menos de hora y media, unas actuaciones exquisitas de todo el reparto, y ese final donde todo se aclara y que recuerda a "High Plains Drifter" de Eastwood al tiempo que nos regala ese vinculo inquebrantable entre padres e hijos que supera todo, para bien... y para mal.
Calificación: Bastante Bien
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