Otro documental que aprovecha el estallido social del momento, lo mejor que se puede decir del mismo es que en parte esta conformado por algunas películas caseras enviadas por Sibil Fox Richardson a su esposo Robert G. Richardson a la cárcel para que pudiera ser participe de alguna manera del crecimiento de sus hijos, y como desde hace 21 años la mujer ha luchado porque liberen a su esposo, con esto uno pensaría que el tipo esta encarcelado injustamente, pero lo que viene a sorprender es que el tipo no solo es culpable, sino que la mujer también lo es y ni siquiera sufrió condena por estar embarazada.
Frente a mi incredulidad tenemos a múltiples cabezas parlantes hablando en pantalla, los hijos diciendo que quieren estar con su padre, su esposa alegando que no debe perderse la vida de sus hijos, los amigos comentando que le están robando su vida, y algunos activistas que hacen lo único que saben hacer, hablar y hablar de corrección política, tampoco ayuda que el director opte por usar un estilo dizque poético e imágenes acompañadas por una fotografía que se piensa chantajista.
Al final tenemos una larguísima casi hora y media de aburrimiento, con asaltantes de banco que no quieren pagar su condena (jamas niegan que sea culpable), con todos quejándose de que es una venganza del hombre blanco (ahora cometer un delito y ser castigado es racista), y llegan a tal punto que desean e invocan desastres naturales y económicos con tal de que lo liberen, un documental que no es mas que una muestra mas de cansino progresismo, pedantería cinéfila, chantajismo social, y oportunismo.
Calificación: Churro