24/7/20

Cinecritica: The Outpost

THE OUTPOST (ÍDEM, EU - BULGARIA, 2020)
El circunspecto sargento Clint Romesha (el hijo del maestro Clint Eastwood, Scott Eastwood en la mejor interpretación que la logrado) le muestra a su nuevo líder las diferentes zonas del lugar tranquilamente y a los soldados que las han defendido con sus vidas en lo que de pronto comienzan los disparos y deben defenderse de un nuevo ataque de los terroristas talibanes en esa base en un valle rodeado por montañas que mas bien parece una sentencia de muerte, y eso mismo hablan los soldados todos los días conscientes de que seguramente terminen muertos, esto no evita que tomen, jueguen, hagan, luchas, se confiesen y den carrilla masculina, ahora mal llamada masculinidad toxica, a sabiendas de que el peligro acecha en cada momento, y de hecho lo hace, los agarra fumando, conversando, hablando con un hijo por teléfono y hasta bañándose, ahí no hay descanso y cada tanto los talibanes llegan disparando desde arriba hasta que los morteros los hacen huir, como dejando claro que siguen ahi y estan en su país por mas que el capitán Benjamin D. Keating (Orlando Bloom, bien) se esfuerce a cada momento por mantener la paz, por mas que él mismo sea que solo es ficticia y en realidad se trate de ganar tiempo.

Por desgracia las cosas no son tan sencillas y siendo una cinta basada en hechos reales mucho menos, el director Rod Lurie presenta la historia en un estilo documental que le va perfecto y que hace muy realista lo que vemos en pantalla, desde la fotografía documental de Lorenzo Senatore que siempre intenta entregarnos plano secuencias que logran tenernos inmersos en la cinta, donde el polvo y el sol es el pan de cada día y donde nos sentimos tan desesperados y desamparados como los soldados, como apunte antes Lurie con el guión de Eric Johnson y Paul Tamasy que a su vez se basan en el reportaje de Jake Tapper sobre la cruenta batalla de Kamdesh no decide irse por el camino dramático o de la acción emocionante, en lugar de eso nos entrega una cinta que funciona como bitácora de guerra de la situacion que vivieron los soldados, y presenta los hechos de tal manera que parece imposible que no estén apegados a la realidad, en lugar de héroes invencibles tenemos a un grupo de personas desesperadas y estresadas que solo piensan en sobrevivir y logra dotar de complejidad emocional a sus personajes con solo algunos destellos y costumbres.

Tenemos al que se rehúsa a llamar a casa porque esta convencido de que morirá, el que cree que en los marines no se vería nada así, el que jamas traicionaría a su superior, el que no quiere soltar el teléfono al hablar con su hijo y un largo etc., ademas de jamas casarse con un personaje por mas interesante que sea, asi las muertes pueden llegar de forma anticlimatica como en un accidente en un camión o caminando en un puente colgante, en tanto la cinta avanza por los carteles de los múltiples lideres que van cambiando por diferentes circunstancias, el diplomático, el guerrero, el cobarde, etc., hasta que llegamos a la climática batalla final donde cientos de talibanes que han estudiado meses el lugar atacan con todo un arsenal de ultima tecnología a unos norteamericanos que ya solo pensaban en irse a días de ello. 

Una batalla impactante que casi nunca corta y cuando lo hace solo es para mostrar con un montaje brillante lo que esta sucediendo en una locura de balas, explosiones, muertos y sacrificios, toda esta es una maravilla, trepidante, tensa, realista, cruda y dura casi la mitad de la cinta, la sangre brinca hacia la cámara, el polvo no nos deja ver, la pólvora casi se huele y tenemos escenas maravillosas como la ofensiva de Romesha o ese sacrificio desesperante del antes repudiado especialista Ty Michael Carter (Caleb Landry Jones, brillante), el momento en que las inacabables legiones talibanes bajan por las montañas, ese vergonzoso intento de escape a lo Álamos o las inagotables corretizas del afgano que dice que siempre viene el lobo. Y el final que nos muestra el porque sobrevivieron, nos deja claro como se ganan las guerras, un cinismo grandioso en una cinta patriota aunque nunca patriotera y es que al final uno no puede mas que rendirse con Carter quebrándose en cámara por su fracaso y los créditos donde las personas reales nos cuentan lo que vivieron mientras los vemos junto a su versión cinematográfica, ojala todo el cine patriota fuera así de bueno, así hasta ganas dan de echar porras a estos pobres diablos que son obligados a jugarse la vida, pero que por alguna razon lo desean, y eso merece respeto sin importar que.

Calificación: Muy Bien

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