En cierta escena clave de la cinta mas reciente de Hirokazu Kore-eda la luchona mujer Nobuyo (Sakura Ando, magnifica) le recrimina a sus captores y pareciera que también al publico si una mujer es mama solo por el hecho de dar a a luz, ¿acaso no es mas madre la que ama y cuida? la mujer que la enfrenta solo le dice que en efecto, dar a luz la convierte en madre, para los espectadores la respuesta es mucho mas compleja y difícil, después de todo hemos sido participes de la vida de estos roba tiendas por casi dos horas, vivimos, disfrutamos y sufrimos con ellos, esta "familia" se ama y se quiere y es difícil no entender eso, Kore-eda no nos pide que los defendamos pero si que los comprendamos y lo hacemos tanto que terminamos sufriendo pero siempre con sentimientos felices al igual que los protagonistas.
Estas dudas, preguntas y la ambigüedad moral acompaña todo el metraje, el director que también es guionista y editor no nos da una salida fácil y en lugar de eso nos dice que no existen respuestas sencillas y que todo depende del cristal como se mire en esta critica a la familia y a la sociedad japonesa que se siente increíblemente mundial, al inicio vemos a Osamu (Lily Franky, muy bien) y su pequeño acompañante Shota (Kairi Jo, bien) robando una tienda en perfecta coordinación y con señas, esta escena es mostrada como juego y con algo de suspenso y nos mete de lleno en la dinámica familiar, los adultos tienen empleos precarios, los chicos roban tiendas todo el día, la anciana (la fallecida Kirin Kiki con ese estilo tan japones de trasmitir emociones) embauca a quien pueda y la adolescente Aki (linda Mayu Matsuoka) trabaja en un club erótico, pero casi de inmediato se topan con una niña dejada en la intemperie en una fría noche, la recogen y la alimentan pensando en regresarla, pero Nobuyo decide no hacerlo al saber que la maltratan.
Esto les puede ocasionar muchos problemas pero aun asi la integran a su familia, una que tiene muy buenas relaciones y que lo unico que la hace disfuncional es que hurtan, pero al tiempo nos daremos cuenta que no solo la pequeña Yuri (Miyu Sasaki) llego a la familia de esa forma, en realidad no hay lasos sanguíneos que los unan, los adultos viven con la anciana por conveniencia, esta los acepta para no morir sola, la adolescente acompaña a su abuela porque no era feliz en su casa y los niños son solovinos o rescatados según como se mire, aun asi Kore-eda logra que nos encariñemos, los comprendemos, los aprendemos a querer, esos abrazos, las bonitas relaciones que comparten, aun a pesar de ciertos comentarios sobre la abuela, o que el niño se rehúsa a decirle papa a Osamu, la familia es feliz y el director es lo suficientemente hábil para mostrarlo muchas cosas con la menor cantidad de elementos, una mirada, un gesto, una caminata, un dialogo clave.
Por ello cuando llega el ultimo cuarto de la cinta y todo se despedaza, cuando creíamos que todo estaría bien Kore-eda no tiene piedad con nosotros y nos deja un poco de realismo, de una sociedad que juzga, de unos medios que manipulan información, donde se nos quiere vender un retrato que sabemos falso porque nos han mostrado que la familia nace del amor, como dicen en la cinta la familia no puede escogerse pero no debería ser posible liberarse, despues de todo ¿no era mejor familia para la pequeña Yuri una banda de ladrones que la amaba y cuidaba que unos padres que la maltratan y ni siquiera avisaron a la autoridad que su hija se habia perdido?
Calificación: Muy Bien
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