La enfermera Elizabeth (Florence Pugh, majestuosa como de costumbre) llega a la Irlanda de mediados del siglo XIX para supervisar - más bien para descubrir - como la pequeña Anna (Kila Lord Cassidy, extraordinaria) ha pasado cuatro meses sobreviviendo sin probar un bocado de comida, alimentándose únicamente por "mana del cielo", y rezando 33 veces al día una oración particular y muy personal, Elizabeth ha sido traída desde Inglaterra para que descubra que sucede, o en todo caso de fe y legalidad de que está ocurriendo un milagro y que Irlanda tendría otra Santa, algo que no ocurre desde hace siglos como clama el aristócrata del pueblo, por lo que Elizabeth debe rotarse con una monja (Josie Walker) para supervisar a la pequeña Anna de apenas once años, una representa la ciencia y otra la religión, de esta forma el grupo de hombres que lideran el pueblo, conformado por un terco y ambicioso medico (nada menos que Toby Jones), un sacerdote que se mantiene estoico ante todo (Ciarán Hinds en cameo de lujo), el dueño de la taberna y el mencionado ricachón, tendrán una respuesta que dar ante el mundo y los múltiples visitantes creyentes que tiene la niña diariamente.
Por supuesto para la pragmática Elizabeth la situación tiene que tener una explicación lógica, como no tiene fe esta segura de que la pequeña se alimenta de alguna forma que nadie a logrado discernir, es decir, está haciendo trampa, y no se detendrá hasta averiguarlo, el problema es que ante la presión de no saber que sucede, la enfermera toma decisiones cada vez más radicales, y empieza a notar que la pequeña ahora si tiene los síntomas de hambruna, pero sin confesar nada, ya que eso destruiría a ella y a su familia, algo que no entiende el terco médico que fantasea con explicaciones ilógicas, cual medico común y corriente. Conforme avanza la cinta la enfermera comienza a querer y respetar a su paciente, después de todo no quiere que la niña fallezca bajo su cuidado, ya ha visto muchas vidas expirar cuando sirvió en la guerra, y unas gotitas junto a unos zapatitos dejan claro el sufrimiento personal de la autonombrada viuda.
Este drama de época se mueve siempre de buena manera, con un ritmo eficaz, una fotografía hermosa, un diseño de producción maravilloso y una banda sonora que pone los pelos de punta, y no podría ser más adecuada, por supuesto tampoco es perfecta, ese rompimiento de la cuarta pared al inicio y final solo distraen y no portante nada, por fortuna pasando la mitad de la cinta se revela el misterio de todo, algo que jamás me paso por la mente, y creo que tampoco a la mayoría de los que vean la cinta, pero que con eso dan paso a una nueva piel, de una especie de thriller dramático con secreto a revelar cambiamos a una crítica de como la mujer ha sido usada para representar lo bueno, lo moral, el salvamento, aun a costa de ella misma, una crítica hacia el sistema social que causaba que los hombres tomaran decisiones tan arbitrarias como las de ese fallido consejo, una crítica al fanatismo religioso y de otros ámbitos, y el como las mismas mujeres pueden abrazar las peores costumbres - y crear algunas - en pos de otros deseos.
Y es que al final el segundo secreto (uno mucho más turbio) esconde el amor de una madre, sus miedos y las diferencias de amor que se tiene para con los hijos, y es aquí donde la cinta cambia a la supervivencia, de Elizabeth hacia Anna, y es que para que la protagonista salve a la niña debe aceptarla, respetarla, y por supuesto amarla, en una serie de giros que más vale no revelar, pero que demuestran gran humanidad, y fe, no solo en Dios sino también en nosotros como seres humanos.
Calificación: Notable