Leah (una sorprendente Kiera Thompson) es una pequeña niña que lidia con una madre ausente emocionalmente (Denise Gough), una hermana problemática llamada Bex (Hannah Rae) y un padre con exceso de trabajo, vive en una casa preparada para su padre (Steven Cree) ministro que esta justo al lado de un bosque/cementerio donde unos monjes fueron masacrados hace muchos años, Leah siempre esta sola, su padre es amoroso pero casi no puede dedicarle tiempo, su hermana es una adolescente rebelde que nunca esta en casa, y su madre, parece siempre estar ausente, como si viviera despegada de la realidad, de hecho no presta ninguna atención a Leah que ha aprendido a vivir de manera muy independiente, justamente porque nunca conoció el cariño de su madre, pero eso no significa que no lo desea, y ademas parece obsesionada con ver que es lo que esta dentro de un gabinete del cuarto de su madre.
Cuando descubra un guardapelo y lo que contiene - unos mechones de pelo rubio - entrara en pánico por la reacción exagerada de su madre y se deshará de ellos, a partir de este momento comienza a ser visitada por la extraña niña (Sienna Sayer, bastante bien) que conoció en medio del bosque, y que invito a su casa y ¡habitación!, por supuesto como no puede ser de otra manera en una película de terror, la susodicha se presenta en medio de la noche, entra por la ventana, esta completamente pálida y viste de ángel, provisionalmente mientras consigue sus alas de verdad, y eso lo hará ayudándola, y con ello a su madre, por lo que la pone a buscar ciertos objetos que están diseminados por toda la casona que Leah ha explorado tan bien, pero como bien sabemos, esto no puede terminar bien, y esa aparición disfrazada de ángel no puede ser tan linda como su cara da a entender, por lo menos al principio, ya que conforme avancen los días llega con peor pinta, al grado de prácticamente podrirse en vida.
Y como Leah no hace caso de su hermana y sigue en su empresa el fatídico final llega, para estos momentos y desde antes del doloroso flashback ya hemos descubierto el misterio, pero no por ello es menos horroroso, quizá lo es más, por el cruel final que nos entrega la cinta, uno que da miedo por lo real del asunto y que pone en entredicho la maternidad y la gravedad de la depresión, como el no dejar ir y la falta de resiliencia pueden terminar de la peor manera posible, aunque sea como una hermosa toma traslucida detrás de una cortina, en un cuento de fantasmas góticos pero en la actualidad, con un diseño de producción que de verdad nos pone en el lugar, un logrado maquillaje, y una fotografía que siempre nos tiene incomodos siendo hermosa a la vez, es una buena manera de conocer a Platt, que con su dirección artesanal muy cuidada, y un guión turbio demuestra que pisa con fuerza, en el terror y el drama, ademas con dos jóvenes promesas que en esas platicas de media noche causan tanto terror como interés.
Calificación: Bien