En algún momento de la cinta animada la valiente y avispada Parvana (voz de Saara Chaudry) ve como un grupo de hombres acorralan y amenazan a una mujer con su hija justo frente a la puerta de su casa, la niña sufre pero decide mirar hacia otro lado, justo como lo hace todo el país, ya sean los vendedores, los mismos guardias de los talibanes o las mismas mujeres oprimidas, se ha vuelto tan común que nadie hace nada, y los que quisieran hacer algo no pueden por el temor de una dictadura tan peligrosa como sanguinaria que ha empapado a toda la población en un ridículo pensamiento misógino e inhumano que carece de sentido común.
Basado en un libro de Deborah Ellis con guión de ella misma que ha su vez cuenta el relato de una sobreviviente que vivió algo así la directora nos presenta una dolorosa historia que critica los pensamientos que gobernaron ese país pero que en lugar de abusar del drama o ser chantajista prefiere presentarlo con un halo de esperanza que se agradece, y con muchas cuotas de humor que hacen más ligero el visionado, después de todo la vida no siempre es sufrir por más que las circunstancias parezcan indicar eso, y la directora lo tiene claro.
La cinta nos narra las vivencias de la familia de Parvana, una educada niña que acompaña al trabajo a su padre que perdió una pierna en la guerra, pero un déspota joven lo ve como enemigo y decide entregarlo a las autoridades, después de esto Parvana, su madre, su hermana mayor Soraya y su pequeño hermano sufrirán aún más las políticas del estado, ya que no pueden trabajar, ni comprar comida, y ni siquiera salir sin acompañante varón, hasta Parvana que podría por la edad tiene dificultades, así que la pequeña de ojos verdes toma la decisión de cortarse el largo pelo y hacerse pasar por varón para llevar el pan a la casa como dice el título.
Se topa con Shauzia (voz de Soma Bhatia) que también se hace pasar por varón y juntas intentan ganar dinero para escapar del infierno en que se ha convertido en Kabul, mientras vemos esto con una narrativa soberbia se nos intercala un relato de Parvana sobre un niño que emprende una misión contra un maléfico elefante y sus legiones que parece sacado de alguna leyenda de Oriente con un estilo animado muy diferente al que nos presenta en su realidad pero que siempre se enlaza sutilmente a lo que vemos vivir a la protagonista.
La animación es hermosa y con vivos colores, con composiciones hermosas y una gran banda sonora, además de que la historia siempre tiene claro adonde se dirige con esa misión de Parvana de rescatar a su padre, y con algunas historias secundarias que se amalgaman perfectamente a la principal, tanto es así que el final con montaje paralelo resulta genuinamente emocionante, con una Parvana luchando con una nueva guerra encima, con las mujeres de su familia por fin enfrentándose a sus temores representados por la misma familia y con el doloroso final de la historia que nos ha estado contando la chiquilla, "tome un juguete y todo se apago", frente a esto no queda más que rendirse y aceptar que el tesoro de esa tierra tan peleada por siglos que es Afganistán es su gente.
Calificación: Notable