El amable y carismático Dick Johnson del titulo va caminando por la calle cuando de pronto le cae encima un aire acondicionado, y así, de la nada, le aplasta la cabeza y se retira de este mundo, esta es una de las tantas muertes que sufre el protagonista de este documental supuestamente para prepararlo para la muerte, aunque en realidad la que se prepara para ello es la propia directora que al ver como su padre comienza a mostrar indicios de demencia senil tiene que llevarlo a vivir con ella y hacerse a la idea de que su padre esta cerca de morir porque ya tiene 86 años, aunque queda implícito que sabe que lo perderá antes de eso, justo como a su madre que al final ni reconocía a su hija y a su marido, claro esta, la muerte puede llegar en cualquier momento, de improviso, y la directora y su padre protagonista deciden jugar con eso y mostrarnos algunas de las posibles muertes que pueden ocurrir en el momento mas inesperado.
Es así que ademas de verle la cabeza aplastada por un aire acondicionado de ventana, lo vemos caer por las escaleras quebrándose todos los huesos, tener un accidente que involucra una tabla y un clavo, tropezarse en la calle, ser navajeado en un asalto y hasta morir de un aburrido ataque cardiaco, como ese momento en "Chucky 3" donde Chucky y nosotros nos molestamos porque cierto duro general muere así, esta claro que estos momentos de humor negro sirven como catarsis para lo inevitable, y ademas Dick y su hija disfrutan tanto grabándolo como nosotros viéndolo, y si a estos momentos le sumamos los mas cotidianos y sentimentales como el ver a nuestro carismático protagonista romperse porque sabe que ya no podrá ser independiente, o porque tuvieron que vender su carro, o al recordar como vivió su esposa los últimos años.
Conforme avanza la cinta somos testigos de como cada vez la memoria de Johnson es peor, él mismo es consciente y por sufre por ello, pero decide disfrutar esta experiencia con su hija, o por su hija, y hasta representar un cielo adventista con todo y Bruce Lee tirando patadas en un desfile de color y luces, al final no queda claro si lo que vemos es un documental o una tomadura de pelo de la directora, donde se juega mas con la ficción que con otra cosa, pero no importa, ambas, realidad y ficción se entrelazan de la mejor manera, esto queda claro en la mejor escena del filme, la representación de la misa de despedida de Dick, donde todos sus amigos, familiares y allegados le rinden tributo, mientras el pillo lo disfruta desde el vidrio de una puerta, incluso cuando su mejor amigo rompe a llorar al dedicarle unas palabras, de tal manera que se derrumba en un rincón mientras nadie lo pela, es aquí donde uno se pregunta si lo que hizo Johnson es ético, en lo personal creo que no, pero no puedo negar que es un hermoso regalo para su padre que vivirá por siempre en nosotros y en el cine mismo con una buena película.
Calificación: Bien