La cinta secuela del clasico de culto "Hellraiser" del escritor de terror Clive Barker comienza exactamente donde termina la primera, con Kirsty (la mas que potable Ashley Laurence) escapando de los cenobitas y siendo testigos de como un demonio salva la caja rompecabezas, cuando la chica cuenta lo que sucedió en su casa a la policía, que encontró un pandemónium de sangre y vísceras, nadie le cree y la mandan al manicomio pensando que quedo loca despues de haber presenciado los crímenes, ahí el sádico doctor Phillip Channard (Kenneth Cranham) intenta comprender a la chica pero lo cierto es que disfruta secretamente causar daño a los pacientes, pero su asistente Kyle (William Hope) queda prendado de la chica y como el novio ha desaparecido para el guionista pues entra a ayudarla ya que la Kirsty ve visiones de como su padre le implora ayuda desde el infierno.
Lo cierto es que Channard oculta algo mucho mas terrorífico, el tipo esta obsesionado, no solo le cree a Kirsty sino que piensa que puede ser la pieza faltante para poder invocar y conocer ese universo/dimensión que tanto añora, para ello usa a una niña inocente (Imogen Boorman) y a la mismísima Julia (Clare Higgins, bien) que ha renacido de sus cenizas, mejor dicho de su sangre y vísceras en un colchón, como Frank (Sean Chapman), cambiando los papeles, para este momento la cinta se ha movido de forma muy parecida a la primera, con todo y escena sexosa de mal gusto, pero cuando se invocan a los cenobitas somos testigos de mucho mas, un viaje al infierno que es un laberinto donde cada quien esta encerrado con lo que mas lo lastima, atención al infierno de Frank que es hecho justo a su medida, y con Leviatán en el centro, casi como si de uno de esos extraños rompecabezas se tratara.
Mucha violencia, mucho gore, sexo, sangre, sadismo, y algo de terror en el diseño de esos cenobitas que imponen mas de lo que hacen daño, es cierto que al final la cinta se traiciona un poco, o mejor dicho se contradice, con ese origen de los cenobitas que no choca tanto como la decisión precipitada que toman y que no aporta mucho a la cinta, y por supuesto ese final donde uno tiene que pasar de ver terror fantástico a suspender la incredulidad para que no nos moleste, pero aun así me parece que el director Tony Randel hace un buen trabajo, logrando el deleite de los asiduos al cine de terror fantástico, a los que adoren lo surrealista, al gore, la sangre y los dilemas sexuales que siempre estan explícitos en la obra de Barker, ademas los efectos prácticos aunque al día de hoy se ven falsos se siguen disfrutando muchísimo mas que los computarizados, esos fondos pintados, los juegos con la cámara, el uso del montaje, el maquillaje, los efectos especiales y las funestas caracterizaciones de los monstruos harán las delicias de los amantes del genero.
Calificación: Competente