PERDÍ MI CUERPO (J'AI PERDI MON CORPS, FRANCIA, 2019)
Una mano despierta en una clínica junto a muchos órganos y de inmediato comienza a moverse para escapar del lugar, su meta es regresar al cuerpo de su dueño lo que conocemos ya que la mano tiene memoria y recuerda a modo de flashbacks en blanco y negro la vida que conoció con su dueño, es asi que conocemos al pequeño Naoufel (voz de Hakim Faris) que tiene una vida privilegiada en una casa donde solo conoce el amor familiar y los valores, esta aprendiendo piano y sueña con ser un concertista aunque también ser un astronauta, las dos cosas de hecho, con la educación de su madre y los medios los sueños no parecen tan irreales, pero el destino es cruel y Naoufel termina huérfano con un tio que lo agarra a regañadientes y un primo que solo lo ve como un estorbo, asi que sus sueños no se ven realizados y en lugar de eso termina como un repartidor de pizzas, uno bastante malo por cierto.
Para estos momentos hemos sufrido con la mano la peligrosa aventura donde debe esconderse y protegerse y hasta pelear con los que se le opongan e intenten dañarlo, ya sean palomas, perros y hasta unas exacerbantes ratas que habitan el metro, en tanto por los recuerdos intermitentes conocemos cada mas de su vida con el chico al que pertenecía y como este vivía en una soledad casi auto-impuesta, no solo odia su trabajo sino que no tiene aspiraciones, ni amigos, se le dificulta socializar a diferencia de su primo, y su familia no le otorga confianza ni cariño por lo que entendemos que él mismo ha aprendido a no valorarse, tanto asi que cuando llega tarde a una entrega por culpa de un accidente se sorprende en demasía cuando la clienta le pregunta preocupada que si esta bien, esta pequeña platica por interfono es suficiente para que el chico construya nuevos sueños como castillos en el aire sin que nada realmente le diga que es asi.
Esto seguirá hasta niveles insospechados, cual héroe romántico de película Naoufel hace hasta lo imposible para que Gabrielle (voz de Victorie Du Bois) se fije en él, encuentros "casuales", mentiras, una nueva vida, y hasta una personalidad mas abierta, logra acercarse a ella y trabajar con su tío Gigi (voz de Patrick d'Assumcao) y despues de ciertos momentos deslumbrantes de mucho romance por parte de un chico que la idolatras las cosas terminaran de una manera mas realista, lejos de la idealización que él hizo de ella y que como nos enseñan en el cine debe ser reciproco, el guion escrito por el propio director Jérémy Clapin y Guillaume Laurant, guionista de "Amelie", no se va por el camino sencillo y nunca traiciona su historia ni sus personajes, la vida es dura, el destino es inclemente y solo existe una manera de afrontarlo, por mas que esta dura lección nos llegue de la forma mas dolorosa posible.
Anoto esto porque Naoufel ha tenido que arrastrar toda su vida un doloroso recuerdo que no lo deja avanzar, que no lo deja ser feliz, que lo hunde en su propio dolor y culpabilidad, y que se ve incrementado con cierto suceso con su mano, este mismo trauma y dolor es cargado por la propia mano que igual lucha con ratas que se avienta volando con una sombrilla para lograr su cometido, volver al cuerpo de Naoufel, es decir tiene el mismo problema que el muchacho, de hecho la mano recuerda lo mas crucial, o por lo menos nos lo presenta a nosotros en el momento justo. Con una animación bellisima pero lejos de ser pulcra el estilo es exquisito, una 3D con cara de segunda dimensión que es adoc a la mano, y una banda sonora del grupo Dan Levy que acompaña sin molestar y que de hecho eleva lo que vemos en pantalla, ya sea al grado de emocionarnos o estar al borde las lagrimas, porque con esta cinta, su primer largometraje, Clapin logro algo fascinante, una cinta dolorosa, emocionante, surrealista y al mismo tiempo real que técnicamente es impecable por su arte en todas las formas, esos encuadres, y que nos enseña una gran lección, el destino quizá es inevitable, pero este no decide como lo tomamos, algo que por fin aprende el protagonista en ese salto agonico que nos regala tanta tristeza como felicidad.
Calificación: Muy Bien