Una mujer (Kayla Lian) esta esperando en la estación del metro el día de halloween, de pronto ve a un payaso (Mike Giannelli) frente a ella, el payaso mudo comienza a hacerle bromas con la corneta, gestos, burlas, y demás cosas que incomodan a la chica, hasta que le regala unas rosas con cucarachas para luego pasar a inyectarla, mientras esta pierde el conocimiento el payaso parece tener otro rostro, uno mucho más diabólico, despierta en un túnel, mitad metro abandonado, mitad catacumbas, donde esta encadenada y donde vive su peor pesadilla, es atacada por un grotesco ser que quiere rebanarla, se topa con un vagabundo que luego queda sin rostro, y es atrapada por unos demonios y brujas que la usan para una especie de ritual, con todo y mujer embarazada, sacrificio de un feto y el mismísimo diablo relamiéndose los labios mientras intuimos con terror lo que pasara.
El primer trabajo cortometraje de Leone hace honor a su nombre - comparte nombre con el anticristo cinematográfico - y marca lo que seria su estilo característico para su carrera, con sus mismas obsesiones, ideas, pesadillas y enfermedades, en solo once minutos es capaz de mostrar escenas y poner ideas sobre la mesa que muchos no se animan en toda una vida, con total libertad y mal gusto - en el buen sentido de la palabra - Leone hace su primer trabajo de horror y gore con una idea que al parecer luego desarrollaría en su ya conocida saga, es cierto que el poco presupuesto se nota, en la fotografía y hasta los efectos - que están bien hechos dentro de lo posible - pero este pesadillesco inicio es el comienzo de unas ideas bien establecidas del director.
Calificación: Vale la Pena