Tres adolescentes son secuestradas en un estacionamiento de alguna ciudad norteamericana por un tipo que las lleva a un pequeño cuarto, las chicas no saben para que las tiene ahi, para aprovecharse de ellas quizá, o pedir rescate o simplemente es un demente, al tiempo se dan cuenta que el tipo llamado Kevin (esforzado James McAvoy) sufre de trastorno de identidad disociativo y que varias personalidades habitan en el, 23 para ser mas específicos, la doctora Fletcher (Betty Buckley) tiene la teoria de que la mente es tan poderosa que puede causar muchas personalidades donde el sujeto no solo cambie su modo de pensar y su acento, también puede cambiar su química corporal (una de las personalidades de Kevin es diabetica) y que los limites los impone su propia mente.
Valiente decisión del director M. Night Shyamalan que de ser una gran promesa ha venido a menos durante los últimos años, y aquí no es la excepcion, la idea es interesante si aceptamos que estamos viendo cine y este es fantasía pero se fue demasiado por las ramas, ¿para que explicar tanto científicamente si sabemos que es fantasía? ¿porque tantas personalidades? son demasiadas y por ende solo conocemos algunas, no hay tanto tiempo para desarrollarlas, en la película las tres chicas tratan de escapar de todas las formas posibles aunque solo una esta preparada para un problema asi, la retraída Casey (Anya Taylor-Joy) siempre pensante y deduciendo lo que puede, haciendo planes y finalmente enfrentándose al monstruo de múltiples personalidades que preparan un sacrificio para la personalidad escondida, la llamada Horda.
La cámara siempre claustrofobica, el cuarto pequeño y oscuro, esas tomas bien pensadas, y un McAvoy muy entregado es lo que salva esta cinta que se va volviendo redundante hasta que llegamos al final que ya esperábamos, dicen por ahi que una vuelta de tuerca, la verdad no la vi porque se anuncio toda la cinta, aun asi la señorita Taylor-Joy sigue consolidándose en la industria y junto a McAvoy cargan la cinta, ese enfrentamiento final vale la pena solo por las actuaciones de ambos, lo que si fue sorpresivo fue ese momento final donde aparece David Dunn (Bruce Willis) de la mejor cinta de Shyamalan, la obra mayor "Unbreakable" (2000, M. Night Shyamalan), que con su semblante parece resignarse a enfrentar a la Horda al mismo tiempo que escucha como hablan de Mr. Glass, el mejor momento de la cinta, el mas emocionante porque nos remite al mejor cine del director, pero también el mas penoso porque vemos a un director aferrarse al pasado que ya no volverá.
Calificación: Palomera
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