En cierto momento de esta cinta biográfica del siempre elusivo Bob Dylan (Timothée Chalamet en la actuación de su carrera... hasta el momento), su adorable novia Sylvie Russo (encantadora Elle Fanning interpretando a Suzie Rotolo) le está comentando efusivamente que las película que acaban de ver le gustó mucho, en especial por el desarrollo de la protagonista, que paso de ser una algo así como una víctima a una mujer empoderada capaz de adoptar al hijo del hombre que ama, es decir, para ella está claro, la mujer ha terminado siendo algo mejor, ha crecido, a cambiado a una mejor versión de si misma, a lo que Dylan contesta casi molesto que no, que no se hizo alguien mejor, sino que simplemente se convirtió en alguien "diferente", ni mejor ni peor, solo diferente, es decir, la versión de sí misma que quería ser en ese momento, ante cualquier tipo de réplica de la chica el delgaducho trovador se mantiene impávido, y cada vez más molesto, la gente no mejora, solo cambia, y no entiende porque las personas tienen esa manía de encasillar a las personas y momentos.
Esta misma idea vuelve en el personaje de Dylan todo el tiempo, así que Robert Allen Zimmerman rechaza la idea de mantenerse estático, de que lo encasillen, de que lo ubiquen por tal o cual situación o arte, en lugar de eso quiere siempre mantenerse en movimiento en cuanto a su persona, siempre cambiante, siempre mutando, siempre diferente, así que lo único que mantiene idéntico e imperturbable es su concepción de esta situación, el que el hombre y el arte es casi amoral, y las diferencias y cambios solo tienen que ver con decisiones y gustos personales del momento, y se mantiene tan terco en este pensar que no le inquieta que esto lastime a su comprensiva novia Sylvie, que afecte a su talentosa amante/compañera de profesión, la empoderada Joan Baez (Monica Barbaro, sobresaliente), que moleste a su mentor, acompañante y amigo Pete Seeger (un azucarado Edward Norton) o que rompa el corazón de un enfermo Woody Guthrie (Scoot McNairy) quien además de siempre alentarlo fue la razón por la que se inició en el ámbito musical.
Es decir, para Robert Allen Zimmerman lo más importante es siempre estar en constante cambio, siendo un versión diferente de si mismo, sin razón alguna más allá de que se le antoja, esto mismo lo extrapola a su ámbito personal, donde aprovecha a sus ídolos folk para que lo metan en carrera, canta lo que le conviene en un inicio, cambia después de un empujoncito dado por la ya famosa Baez a quien se pega como percebe, aprovechar el cariño, la amabilidad y los consejos de la novia que además le da asilo, y que no duda en tirar por la borda a todos sus músicos y fanáticos porque un día se le antojo ser como la invasión británica, así que este Dylan al que no le gusta ser el mismo ni que lo encajonen puede ponerle los cuernos a su novia cínicamente, tener un halago mala lecha hacia la mujer que le interesa en el momento, criticar a su productor en un berrinche público, tirar de locos e ignorantes a sus fanáticos en la presentación debido a que no quiere cantar su hit, y usar los temas sociales del momento como medio para su música.
En pocas palabras, Dylan es un imbécil, un idiota, y un ojete, uno terriblemente talentoso, eso ni quien lo niegue, pero una pésima persona, debido a su muy conveniente doctrina personal, que lo hacen inestable, rebelde, irresponsable y egoísta, algo que el tipo no niega, después de todo siente como si hubiera sido tocado por los cielos, consciente de su talento, y del magnetismo que despierta en los demás, justamente porque como lo dice el título, es un completo desconocido para todos, sea la mujer que duerme con él todos los días y no sabe ni como se llama, sea porque con todos cambia la versión de su pasado, sea porque ese pasado cirquero es siempre elusivo, y porque ¿cómo no? siempre está molesto y esquivo, sin importar que sean los fanáticos que lo idolatran, sean los ejecutivos de la discográfica, sean los ricachones que lo invitan a sus fiestas, para todos solo tiene mala cara y la queja de que "cada persona del lugar quiere que sea alguien diferente"
Alguien que no es, y es que ni siquiera Dylan sabe quien es, más allá de un oportunista talentoso, de hecho queda la impresión de que el tipo hacia canciones con valor para causas y hechos sociales por el hecho de aprovechar el tirón, y porque le aparecían en la mente debido a su indudable talento, pero que poco o nada le interesaban estas, una pena por los que solo lo quieren por su "consciencia social", en cambio los que como yo, les gusta por su música, esto no afecta en nada a su genio, si acaso lo hace más grande al entender que Dylan incluso con todo en contra se mantuvo firme en sus ideales egoístas y transición de Folk a Rock en medio de la controversia de abandonar un género que lo definió, le dio fama y era el alma de Estados Unidos, para hacer lo que él consideraba de más valor en el momento, aun con todo y tomatazos, insultos de "Judas" y rompimiento de amigos y fanáticos en ese clímax final genuinamente hilarante donde se unen un cumulo de emociones, al final Dylan es un imbécil, pero que talentoso imbécil.
Calificación: Notable