DJANGO (IDEM, ITALIA - ESPAÑA, 1966)
Después de ver la versión de Tarantino que incluso fue nominada al oscar tuve que regresar a ver la original, y si la de Tarantino ya me había molestado cuando la vi y cada vez que la recuerdo me agrada menos ahora que acabo de ver la original no cabe duda de que le voy a tener más cariño y a despreciar todavía más la "reinvención" actual, el Django original es un personaje huraño, sucio, vengativo, ambicioso, despreciable y al mismo tiempo carismático, un antihéroe que no busca salvar a su princesa ni es el compinche de nadie, es un solitario que quiere venganza y además regodearse en ella, y si en el camino puede sacar provecho del asunto pues que sea bienvenido, claro que la trama central de "Django" se parece a la primera cinta de la trilogía del hombre sin nombre del maestro Sergio Leone pero al mismo tiempo esta es una copia de "Yokimbo" del maestro Akira Kurosawa ya que el cine vive de copiar, de robar, de homenajear, de plagiar y de tomar ideas de uno y otro lado.
Ya desde el inicio la cinta de Sergio Corbucci es mucho mejor mostrándonos a Django (Franco Nero, perfecto) arrastrando un enigmático ataúd por el fango mientras la magnifica música de Luis Bacalov con letra de Franco Migliacci, sin duda desde ahí la nota es alta y casi no se baja hasta que nos entrega un desenlace magnifico, Django rescata a una muchacha que primero esta siendo castigada por mexicanos y después a punto de ser asesinada por un grupo de norteamericanos, a partir de ahí Maria (hermosísima y potente Loredana Nusciak) quedara prendada de Django a quien no parece importarle nada, ni las mujeres, ni las personas, al llegar al pueblo donde solo queda el burdel con chicas y el encargado Django se entera de los dos grupos que se pelean el poder, los racistas del mayor Jackson (Eduardo Fajardo, bien) y los mexicanos revolucionarios liderados por Hugo (Jose Bódalo como un pancho villa terrenal), Django busca pelea con los muchachos de Jackson y lo reta a traer a toda su gente para después matarlos con una sorpresa del ataúd donde habita Django.
Los mexicanos llegan y Django tiene un plan para robar el oro que Jackson lleva a los mexicanos, al lograrlo Hugo lo traiciona pero Django sin inmutarse decide cobrárselas con consecuencias terribles para los dos lados, al final una balacera y una pelea final en un cementerio ponen la cereza en el pastel de un clásico, un spaguetti western que injustamente ha sido olvidado y subvalorado, una gran cinta que es sucia, violenta y tiene un humor sardónico y un personaje memorable, además la dirección tiene esa frialdad y suciedad del genero en esos años que tanto me gustan, las balaceras exageradas, la extraña relación de amor/odio del protagonista y la chica, los villanos exagerados y despreciables, escenas violentas que más que graficas lo son por el significado, cierto corte de oreja haciendo que la victima la trague, cierto deporte con mexicanos corriendo como si de animales de diversión se tratara o la desgarrante tortura a Django dejándole inutilizables las manos con bailes de caballo incluido, además están los simbolismos y una suciedad que ya no se ve, como la de la pelea mano a mano, de pronto se ven las fallas pero es tan sucia que uno termina disfrutándola, mención aparte a la escena final con esa blasfemia por parte del villano y el deleite final después de ver a Django disminuido por las manos destrozadas pero que termina en un desenlace agridulce con Django alejándose de cara mientras dejo las marcas de sangre en la tumba y la memorable canción del personaje suena y resuena en nuestros odios.
Calificación: Muy Bien