En plena celebración banal de año nuevo en Baltimore, con luces y fuegos artificiales empiezan a ser asesinadas muchas personas que no parecen tener nada en común, algunas están en jacuzzis de fiestas libertinas, otros van en ascensor con su mujer, en total son 29 los asesinados y no parece existir razón para esta masacre ¿acaso algo en una masacre es razonable? el asesino escapa del edificio donde apuntan los lasers y cuando apenas ven el departamento, este explota, no hay pistas, no hay cabos sueltos, la propiedad es de un rico que ni la conoce y hace años la recibió como pago, a ese lugar llego casi ahogándose la profesional policía Eleanor (Shailene Woodley sin maquillaje demostrando que sabe y puede actuar) que ha actuado mucho mejor de lo que uno esperaría de un policía raso, dejo una queja tonta de un restaurantero para apoyar en la masacre, intento grabar las caras de los que salían del edificio donde fue la explosión, noto el inodoro como la única prueba que no salio volando, esto lo nota de inmediato el agente Lammark (Ben Mendelsohn, muy bien) que la busca para después integrarla en su equipo de búsqueda de un asesino serial que puede volver a atacar en cualquier momento.
En su debut hollywoodense Szifrón entrega un thriller policiaco bien hecho que nos recuerda épocas pasadas del genero, aquí no hay vueltas de tuerca ni sorpresas inverosímiles, simplemente una investigación bien construida con personajes multidimensionales que nunca sueltan discursos y aun así terminamos conociéndolos completamente, y una sordidez que nos recuerda a los thriller de Fincher o de muchos años antes donde lo importante no era la investigación sino el conocimiento de los infiernos de la mente humana que nos hace por lo menos un poco misántropos como en el titulo en español, la dirección del argentino por momentos es formidable, esa escena del ataque en el centro comercial esta muy bien filmada, con esas diferentes tomas de cámara que incomodan y luego aterrorizan en un nuevo baño de sangre, conciso, frio y veloz, y por lo mismo más chocante, los personajes están muy bien construidos, desde la protagonista que ha visto truncada su opción de ser agente por ser demasiado ética, o ese pobre Lammark que pierde más tiempo lidiando con los gobernantes y medios que con la investigación.
Y es que este es uno de los puntos más fuertes de la cinta, la profundidad y complejidad de los personajes principales y las interacciones a las que se ven obligadas por ser este el mundo real, que a su vez funcionan como criticas, por ahí tenemos a los policías simplones que reducen todo a estereotipos y venganza, como si todos los asesinos fueran resentidos viviendo en el sótano de los padres, o los políticos que solo se preocupan por la imagen y les valen tres cohetes las vidas delos civiles, y más si es tiempo electoral, los sucios manejos políticos que aquí culminan con una perra atacando sin cesar al moral agente, el problema de que los medios se metan con todo y masacre de unos neonazis que nada tienen que ver con el asunto pero que "entran en el estereotipo de blanco nazi resentido que no quiere negros ni judíos" y que por ello son malos de antemano, el mismo caso con el chico árabe que se convierte en terrorista por un cliché y que termina de la peor manera, todo esto representado por la sociedad en general, sean lideres, comunicadores, o civiles de a pie.
Es decir, el director aprovecha para criticar el mundo como esta en estos momentos, totalmente dividido, sin libertades de ser o decir lo que piensas en realidad, dice que es un error pensar de forma prejuiciosa de cualquier tipo, y lo sencillo que es en EU hacerse de un arma para causar una masacre, pero más interesante aun es el villano, mejor dicho antagonista de la historia, un tipo sombrío y oscuro que representa lo peor de la sociedad, no en su persona sino en lo que esta causa en los demás, solo algunos efectos especiales empañan la experiencia en general, pero un mensaje tan desesperanzador y realista tan bien retratado merece verse, más aun cuando tiene escenas tan buenas como los tres tiroteos, la tensión de la escena del supermercado, la desesperación de la escena del chico árabe, el enojo que causan los gobernantes, y a Woodley en algunos momentos clave, ya sea en el que es interrogada y acepta sin palabras su pasado, o esas lagrimas cuando al final firma algo que odia para que no todo sea en vano, el mundo es así, ella lo sabe, los de arriba mandan y solo queda jugar su juego por más sucio y banal que este sea.
Calificación: Muy Bien