KRISHA (ÍDEM, EU, 2015)
Vemos un plano cerrado con la cara de Krisha (impresionante Krisha Fairchild, tia real del director) que tiene una cara indescifrable pero llena de dolor y ansiedad, y este fotograma es con el mismo que se cerrara la opera prima de Trey Edward Shults, una película incomoda, irritante, molesta y claustrofobia, y todo esto en el mejor sentido de la palabra ya que la cinta de Shults es un alucinante viaje donde las tomas son impresionantes y siempre van de acuerdo a lo que siente la protagonista, desde largos planos secuencia donde vemos a Krisha llegar a casa con un notable nerviosismo y curiosidad, una cámara casi fija cuando la familia se saluda, abraza y besa en ese ritual familiar de accion de gracias que todos conocemos ya que nos remonta a cualquier reunión familiar, con esos close-up a una Krisha que esta sublime, esos juegos con los espejos y los planos, y el uso de colores que siempre va de acuerdo a lo que se nos quiere decir.
El uso de la música es buenísima, mención especial a esa escena con los aplausos que rompe la cuarta pared respetando la congruencia en todo momento, y es que para ese momento ya somos victimas de Shults que hace con nosotros lo que desea sin que entendamos totalmente lo que sucede en un drama familiar que nunca es chantajista ni tiende a la miseria, estamos simplemente ante una de las millones de historias del día a día, tan cotidianas que duelen porque se sienten cercanas, y es que si la cámara y lo precioso de las tomas, que buscan una perfección, nos remiten a Malick lo cierto es que la pesadilla surrealista en la que cae la protagonista parece mas cercana a la mente de Lynch. Desde el inicio con Krisha preocupada y una obvia incomodidad de algunos miembros de la familia, casi todos increíblemente familia real del director, no solo eso sino que Krisha se siente ajena a la familia y se comporta de forma sospechosa, se enfoca en preparar la cena sin pedir ayuda, solo mira a los demas desde lejos, nunca entabla conversaciones y sus contestaciones son secas.
Mientras los chicos juegan vencidas como adolescentes inmaduros Krisha cada vez esta mas sola y alejada, por ahi tiene una conversación hilarantemente divertida con el payaso de la familia que también le suelta un discurso casi reclamándole su pasado, intenta acercarse a Trey (el mismo director) aconsejando que siga su sueño de director en una obvia referencia a una realidad ¿alterna? y asi deducimos que Krisha tuvo una vida de fiestas y excesos que la alejaron de la familia, asi poco a poco la tia cae mas al infierno, con nadie hablándole, todos reclamando, juzgándola aqui y alla, personas incomodas, ella espiando y mirando como si quisiera ser invisible, la caída en los excesos y los ladridos imparables de los perros donde se remata de manera magnifica un guion que nos habla del drama familiar cotidiano, normal, y no por ello menos doloroso mientras miramos nuevamente el doloroso rostro de Krisha y por fin la entendemos del todo.
Calificación: Bastante Bien