La fotografía del grupo había salido muy bien y la maestra trataba de persuadir a los alumnos de comprar una copia. “Imagínense”, les dice, “qué bonito será cuando ya sean todos grandes y digan: ‘allí está Catalina, es abogada’; o también ‘ese es Miguel, ahora es doctor’...” Sonó una vocecita clara desde el fondo del salón: “Y allí está la maestra; ya murió.”
27/12/13
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