Después del impresionante final de la primera parte "A Quiet Place", que casi hace que uno salte vitoreando emocionado luego de que el corazón le de un vuelco, uno pensaba que no tenia caso hacer esa continuación, sabíamos que ya tenían como eliminar a esos detestable bichos y con eso era más que suficiente, pero hollywood obliga y el capitalismo más, así que un par de años después tenemos la continuación que nunca desee y que por fortuna se sostiene mucho mejor de lo que uno esperaría, claro que para eso se tuvieron que hacer ciertas concesiones que traicionan a la original, por lo menos parte de sus reglas, pero el director y guionista Krasinski lo hace tan bien junto al reparto liderado por su esposa que uno casi quiere dejarlo pasar y perderse en esta aventura de terror y ciencia ficción que nos regala secuencias de suspenso a cada momento, y que apenas rebasa la hora y media por lo que nunca pierde fuelle, cuando llegamos al emocionante final uno se queda con ganas - ahora si - de más y creo que es irremediable que así sea.
Comenzamos con una impresionante secuencia inicial donde se nos narra el día uno de los eventos que llevaron a la casi aniquilación de la humanidad, con la misma familia atómica conformada por el valiente padre Lee (John Krasinski casi en cameo), la entregada madre Evelyn (Emily Blunt tan majestuosa como en la primera parte), la rebelde adolescente Regan (Millicent Simmonds, bastante bien), el cobarde y quejoso puberto Marcus (Noah Jupe) y el pequeño Beau (Dean Woodward), en un partido de beisbol infantil escuchan y ven como en ciertas partes del mundo están ocurriendo desastres cuando una especie de meteorito se ve por el cielo y cuando apenas se están retirando son atacados por los bichos que se guían por el sonido aniquilando a todos, sin siquiera dar oportunidad de reaccionar, esto ademas de mostrar las grandes cualidades del director para montar una escena de tensión y acción presenta a un personaje clave para la película, regresamos al inicio donde acaban con los bichejos esos pero tienen que irse del lugar porque necesitan ciertos insumos y artículos, abandonan la seguridad de lo conocido y llegan a las montañas donde se topan con Emmet (Cillian Murphy, bien) quien ha perdido la fe y la esperanza.
Emmet no solo perdió a su familia sino que sabe que los únicos supervivientes se han convertido en algo que no podría ser llamado humano, cual si fuera una versión de su protagónico en "Exterminio", pero cuando vea como la familia Abbott no se rinde no le queda de otra que empezar a creer de nuevo, ayudar a la adolescente que ha emprendido camino por un mensaje de radio, enfrentarse a algún alienígena en el camino, enfrentarse a unos desquiciados caníbales que han perdido la moralidad, y encontrar una isla de sobrevivientes que irremediablemente se enfrentaran a la realidad, mientras que Evelyn se despide de su pasado, se convierte en mama coraje y protege a sus dos hijos más pequeños, por supuesto que la película carece de la fuerza de la primera, y de su originalidad, ademas de que los bichos parecen tener peor oído y ser menos letales, algo que se nota mucho si se ven las cintas de forma consecutiva, pero son detalles que no afectan el gran uso del sonido, de la edición, la misantropía, la emoción y tensión que regala la cinta, en especial en su clímax paralelo donde Regan se levanta como autentica líder de la resistencia y Evelyn con lagrimas en los ojos ve como su niño se convierte en hombre.
Calificación: Bastante Bien