La fotografía excelsa, las imágenes preciosas, el lirismo en su máxima expresión, una banda sonora que se siente etérea, un cine que evoca con los encuadres la santidad, la pureza, la belleza, el mismo cielo, porque el eterno incomprendido director Terrence Malick escribe y dirige de nueva cuenta una cinta donde solo los que se emocionen ante los simbolismos, que se conmuevan con las imágenes de una cámara que parece postrada a ras de suelo mientras mira las maravillas del mundo y nos hace testigos de la magnificencia de la creación aun en este infierno que creamos los humanos, la cinta que puede parecer pretenciosa y ostentosa en realidad es una oda a la belleza del mundo, a la conexión de los seres humanos con lo espiritual, y de la importancia de levantarse y rebelarse contra todo lo que esta mal en el mundo sin importar que tan socialmente aceptado sea.
El mensaje de Terrence Malick es mas pertinente que nunca y quizá justo por ello la cinta ha sido olímpicamente ignorada en todos lados, Malick nos habla, nos recuerda la importancia de las convicciones, de los valores y la moralidad en un mundo que se esta yendo al carajo y donde si no entiendes el problema eres tu y nadie mas que tu, una presión social de un supuestamente cambio que nunca debe ser aceptado como correcto, el director aprovecha esta historia real para dejar en claro lo que piensa de la actualidad, y no creo que tenga que ver con el nacionalismo norteamericano como comentan algunos por ahí sino a cuestiones mucho peores y mas difuminadas, dicho esto pareciera que dije que la historia solo sirvió como ejemplo de la actualidad pero nada puede estar mas lejos de la realidad, se nota que Malick admira y ama a su protagonista, razón por la cual esta hagiografía destila un sentido de admiración en todo momento, conocemos al protagonista pero nunca entendemos sus razones porque para Malick él ya ha encontrado la luz.
La segunda guerra mundial ha iniciado, en pocos años Adolf Hitler levanto una nación en cenizas para convertirla en potencia mundial, y todos desean lo mismo que él, lo siguen ¿como podrían no hacerlo? la guerra alcanza las montañas de Austria donde un apacible pueblo vive tranquilamente, el granjero Franz Jägerstätter
(August Diehl, esplendido) es reclutado pero rápidamente se da cuenta de que lo que hacen no es correcto, por lo que decide no apoyar la causa, es mas, regresando a casa explicitamente comenta que esta mal y aunque todos lo tachen de traidor y cobarde el tipo nunca se echa para atras, sin importar lo que esto afecte a su fiel mujer Franziska (Valerie Pachner, maravillosa), a su fuerte cuñada Resie (Maria Simon) ni a su adusta madre, y a sus preciosas hijas, son vilipendiados, apartados, amenazados, violentados y robados sin que nadie diga ni haga nada, el alcalde del lugar solo se preocupa por su puesto, y los sacerdotes, desde el párroco del lugar hasta el obispo estan coludidos y acobardados por lo que se mantienen fieles a su patria.
Es así que somos testigos de la odisea de un personaje con valores morales altísimos que no puede jurarle lealtad al Führer porque solo puede hacerlo ante Dios, pasamos de los hermosos paisajes de las montañas en Austria al encierro claustrofobico de una prisión, a un magnifico tribunal que no se puede conceder tener piedad y finalmente un lugar tan inhumano y desesperanzador que solo debería pertenecer al infierno, todo esto con una fotografía hermosa de Jörg Widmer pero con todo el estilo de Terrence Malick, un guión magnifico narrado por medio de cartas y voz en off donde el director se permite esos desvarios filosóficos que le salen tan bien, "el yunque nunca cede ante el martillo y lo golpeado por el martillo también toma la forma por medio del yunque", un reparto de ensueño en donde aparecen Michael Nyqvist, Matthias Schoenaerts y Bruno Ganz por mencionar algunos, todos aunque aparezcan un momento y aun sin lineas desprenden un talento que con la sola mirada y los gestos dicen mil palabras, algo vital para el estilo que maneja Malick.
Es así como el director nos entrega una Oda a la cristiandad, a los valores perdidos, a la fe indestructible pero no por ello falta de duda, a la entereza que los seres humanos pueden lograr, a la desviación de humanidad que llega tan sencillamente, a la crueldad propia del ser humano en tanto que enaltece no solo a los personajes que sufrieron en carne propia esta historia oculta, sino a todos los que han luchado por lo correcto como se nos dice en el poema de George Eliot al final de la cinta, la historia esta llena de personas extraordinarias con vidas ocultas en tumbas sin visitar, ademas el director dignifica el trabajo bien hecho, la vida honrada, la moralidad, el amor sobre todas las cosas, es decir que Malick tiene la esperanza, corrijo, Malick esta seguro como sus protagonistas de que en algun momento nos veremos en el mas alla, arriba de las montañas, de las nubes, del cielo, donde por fin sabremos que somos y a que vinimos, y donde seamos felices sin que nadie lo impida.
Calificación: Notable