Despues de ver la última cinta de Danny Boyle uno no puede dejar de notar que es un triunfo del estilo sobre la historia, un triunfo visual de Boyle sobre un guion basado en un suceso extraordinario que le sucedio a una persona normal, pero a pesar de eso el que se lleva la cinta es el mismo Boyle que aprovecha la sencilla historia, para bien o para mal, para hacer toda clase de florituras para mostrar su capacidad como director y mejor aun, para mantener la atención del espectador que no tiene tiempo de aburrirse ante ante tanto movimiento de camara, inteligentes y potentes cambios de camara, un imparable ritmo, una fascinante selección musical, una excelente interpretación de Franco, y un final que llama a la vida, al optimismo, un canto a la lucha por la supervivencia y a la belleza de la vida, del mismo cine de Boyle.
Y de que va? Aron Ralston (James Franco, muy bien) es un ingeniero cuya verdadera vocación es el alpinismo, un dia se dirige a romper un record pero no le avisa a nadie adonde ni cuanto durara, ahi conoce a dos chicas y despues de convivir con ellas sigue su travesia, por desgracia el destino le tiene preparado una cruel jugada en la que una caída lo deja atrapado, con su mano apresada por una inmensa roca, a partir de este momento (que suceda bastante pronto) vemos los desesperados intentos de Aron por zafarse de la roca, pasando por todas las clases de sentimientos mientras intenta variopintas opciones para escapar, desde una polea, intentar mellar la roca, jalar desesperadamente, y cortarse el brazo, todo esto mientras se confiesa frente a la cámara de él mismo, al tiempo Aron empieza a desesperarse y a alucinar, justamente una alucinación lo lleva a tomar la difícil decisión de cortarse el brazo con una pequeña navaja desafilada y caminar rezando porque alguien lo encuentre.
Como todos de antemano conocemos la historia, y si no el solo hecho de preguntar de que trata la cinta significa conocer la historia, entonces Danny Boyle aprovecha para desatarse y hacer toda clase de malabarismos visuales, tomas imposibles hechas por computadora, tomas de dentro de los objetos que tiene Aron, tomas aereas, un viaje rapidisimo hasta el gatorade de Aron en la camioneta, en fin, Boyle aprovecha para lucirse y mostrar todo lo que puede hacer, y aunque se escuche mal, es el sello de la obra de este director, presentar imagenes mucho más potentes que la historia que cuenta, y además de agradece el ritmo que nunca decae, esas tomas de la camara de Aron que asemejan a un documental y que es donde más conocemos al personaje, sus excesos, incluyendo las alucinaciones que son tan valientes¿? como para atreverse a poner a un muñeco inflable de Scooby Doo para asustarnos, y claro esta, mostrar de manera explicita, dura, potente, el momento en que Aron se corta el brazo y todo lo que esto conlleva, quiza la alucinación del hijo sea algo tramposa pero eso solo el mismo Aron lo puede saber.
Calificación: 8.5 - Muy Bien
No hay comentarios:
Publicar un comentario