Enid (una fantástica Niamh Algar) es una pudorosa chica que apenas tiene contacto social con los demás y esta segura de que salva el mundo con su trabajo de censora para la BBFC en los ochenta, en pleno auge de violencia era normal echarle la culpa de los hechos violentos a lo que se veía en pantalla, las películas fueron chivos expiatorios en esos años en el que la sociedad y la prensa estaban encima de cualquier situación que a los ojos de ellos fuera inmoral, pero como nosotros mismos nos damos cuenta en algunas de estas cintas la violencia es tan exagerada o mal hecha que resulta poco creíble, hasta la cerrada Enid deja pasar algunas cosas por más que sea la censuradora más estricta que tienen ahí, pero cuando un incidente violento desate la polémica, un tipo asesina a su esposa e hijos y devora el rostro de la primera, el mundo de Enid comienza a tambalearse, mientras la prensa la ataca ella siente que ha fallado en su misión, que junto a su situación personal la llevan a replantearse su vida.
Y es que ademas de su trabajo Enid se acaba de enterar que sus padres han tramitado el acta de defunción de su hermana desaparecida hace años para cerrar un ciclo que solo ella parece querer mantener vivo, Enid estaba con su hermana cuando esta desapareció en un viaje por el bosque y no puede recordar nada que le ayude a saber que sucedió con ella, hasta que en plena polémica le encargan revisar la cinta "Don't Go in the Church" donde dos hermanas encuentran una cabaña en medio del bosque y la mayor parece atacar a la pequeña, Enid esta segura de que las imágenes que vio en la cinta son muy parecidas a las que vivió en su juventud y se obsesiona con las películas del director para descubrir que la actriz principal del director (Adrian Schiller), llamada o apodada Alice Lee (Sophia La Porta, bien), es muy parecida a su hermana desaparecida con unos años más, por lo que se obsesiona con resolver el caso aunque para esto deba lidiar con el pesado, pretensioso y misógino productor Doug Smart (Michael Smiley).
La directora nos regala una cinta que no solo homenajea el genero sino que lo deconstruye de tal forma que critica a los que están en la industria pero defiende a la misma, con un estilo visual propio que deslumbra y recuerda al cine de Strickland, y hasta de Cronenberg con todo y muerte poética de un abusador con ese objeto fálico atravesándolo, la fotografía es magnifica y cambia de acuerdo a lo que vemos y vive la protagonista que empieza a perder la delgada linea que existe entre realidad y fantasía, con un sonido cuidado a un grado enfermizo ycon cambios de formato que puede ir desde un granulado, el panorámico o un cerrado 4:3 claustrofóbico para demostrar que estamos en la mente de una persona, con un montaje extraordinario, el sangriento y violento final deja claras las intenciones de la valiente directora que toca el terror psicológico, el slasher y hasta el thriller de suspenso, con esa protagonista "moralista" que ve lo que desea y no la horrible realidad como dolorosa guinda del pastel.
En ese desquiciado final se nos recuerda que el arte en general, y el cine en particular, no generan violencia, esta ya existe en las mentes de las personas, y ademas parece decir que justo esas que temen ver esa violencia, esas personas que censuran, son quizá las más peligrosas ya que no se inspiran de esta violencia sino que ven reflejados su psique en pantalla, cuestión que les hace temer sobre su verdadera naturaleza, algo atrevido por parte de la directora, en especial cuando en la actualidad existen tantos "elevados" que censuran a diestra y siniestra como si su vida dependiera de ello, ¿que nos querrán decir? ¿o que nos quieren ocultar que quizá ni ellos mismos saben conscientemente? después de todo no toda mente quebrada necesita detrás un trauma, cualquier demonio es valido para explotar la violencia, una cinta valiosa hermosa y tétrica sobre la censura que nos muestra que las personas que buscan censurar pueden ser los peores monstruos viviendo en un mundo ideal creado por ellos mismos.
Calificación: Muy Bien