En uno de los momentos claves de esta, quizá la despedida de Loach (espero que no), la resiliente refugiada Siria Yara (Ebla Mari, muy bien) esta mirando las fotos que guarda colgadas en cierto cuarto abandonado el solitario Tommy Joe Ballantyne (sorprendente Dave Turner), son de los mineros en plena lucha social, la huelga que Margaret Thatcher aplastó con puño se hierro, causando desde ese momento -noimporta si el gobierno es de derechas o izquierda-, una inequidad social que en la actualidad es grandísima, "se ven fuertes" comenta ella "lo éramos", responde Tommy "TJ" orgulloso, a lo que suma, "mi padre siempre lo decía, si los trabajadores se dieran cuenta del poder que tienen y tuvieran la confianza para usarlo, podrían cambiar el mundo. Pero nunca lo hicimos", es una declaración de intenciones directa, que resume no solo el alma de esta cinta, sino el de la filmografía de Loach en general, siempre preocupada y pendiente de los problemas de la gente común, de sus luchas, de sus sueños, sus fortalezas y esperanzas.
Aún cuando se suelte en la cinta que la esperanza es una obscenidad, la posición de Loach es clara y directa, él está del lado del trabajador común, de la clase media, media alta, baja y los variados tipos de pobreza, de los que luchan, los que sufren, los que ayudan a los demás, de la ayuda comunitaria, del humanismo, de la moral y la ética, y por ende en contra de las diferencias inconmensurables entre clases, el capitalismo, el dinero sobre todas las cosas, los medios de producción sobre el valor humano, las super-empresas, los multimillonarios, el odio, el rencor, la violencia, y en general, de todo el sistema que estamos viviendo, donde por ejemplo en diciembre del 2021 se voto en la ONU para el derecho universal a la alimentación, y solo EU e Israel votaron en contra, los mismos que votaron hace un mes a favor de la tortura junto a Argentina y su impresentable presidente gnomo con peinado distractor.
Por ello su cine es sencillo, directo, tranquilo y sereno, con la cámara apostada de tal manera que olvidamos que vemos una cinta, a lo que ayudan las locaciones reales donde se filma, y la casi ausencia total de banda sonora, lo que casi nos convence de que estamos viendo un documental y no una ficción, o mejor aún, que somos un pueblerino más en ese rincón al norte de Inglaterra, conviviendo con ellos y viviendo todos los percances qué enfrentan estos luchones lugareños. Todo inicia con la llegada de familias sirias qué todavía no sé bajan del autobús, cuando ya son atacadas, ultrajadas, insultadas y amenazadas, por ahí gritan "cabeza de trapo", por allá terroristas, y lo que se les venga a la cabeza, los del pueblo están preocupados por la llegada de ellos, el valor de las casas va a bajar, quizá un loco con una bomba se explote, por sus costumbres distintas, o de plano porque no son de ahí, aunque al que comenta esto le recuerdan de inmediato que el tampoco... Haga de cuenta el discurso rancio del presidente payaso del norte.
Tommy parece más sensible y prudente que los demás, pero evita los problemas, aún así ayuda a la joven Yara, y con el reparto de ayuda que mandan para los sitios, aunque no puede evitar notar que los niños del pueblo son incluso tan pobres como los refugiados, a veces hasta más, y piensa que también deben ayudarlos, así, Yara y Tommy van construyendo una bonita amistad, a pesar de las reticencias del señor, que además lidia con el desprecio de sus clientes ya que es el duelo del bar "El Viejo Roble" del título, aún con todos los problemas, Tommy, con un pasado tortuoso, un presente solitario, y con la única compañía de la carismática perrita Marras (Lola) qué parece haber sido enviada por el cielo, decide hacer lo correcto, sin importar las consecuencias, pero demostrando que la colaboración, solidaridad y humanidad es lo más importante en el mundo, por lo menos si queremos seguir en el, solo podemos hacerlo como equipo, como familia.
Con una escena hermosa en un templo haciendo un llamado a que despertemos, y no permitamos muerte, esta clara la postura de Loach frente a las guerras y masacres como la que ocurre en Palestina, ese comedor comunitario que nos hace un nudo en la garganta, o los momentos de la playa, es imposible no llorar, no es lo que se busca, pero esos fundidos en negro pausados dejan clara la intención del director, quiere que cerremos la escena y la pensemos, que saquemos conclusiones, que pensemos en ser mejores y en que hacer para ayudar, sin poder evitar ese discurso final amargo, donde TJ confiesa que la mitad del país está podrido, que el odio, la mentira, la corrupción y la traición manejan el mundo, donde no dejan ni ayudar a unos refugiados de guerra siendo un supuesto país millonario, donde su misma población no tiene para comer, ni manera de salir adelante, donde él mismo llega a duras penas a fin de mes, donde las familias eligen entre comer o calefacción, qué sufren esa vergüenza, porque no decimos nada, aceptamos todo, "si no pides nada no recibes nada", y esa dolorosa línea final donde nos dicen que hacer "solo no digas nada, cuida de los tuyos" la ley de la selva que nos han obligado a cumplir, olvidando ser humanos y cristianos.
Y esa majestuosa escena en la conclusión, donde Tommy le comenta a un "amigo" que han sufrido mucho, sus padres... ellos... todos... pero eso no comenzó con los sirios sino muchísimo tiempo antes, donde todo comenzó a irse a la mierda, pero siempre hay que culpar alguien por los problemas, y nunca miramos hacia arriba, siempre miramos hacia abajo, a los pobres qué están debajo de nosotros, siempre es culpa del más débil, y es más fácil restregárselo a la cara a ellos, y es verdad, siempre culpamos al que tiene hambre, al que roba un pedazo de pan, al que apenas puede sobrevivir, al que viste con harapos, al que voto por morena/por una promesa socialista/o una derecha que pregona empleos que nunca llegan.
Loach nos hace una pregunta, ¿por qué no miramos a los de arriba? a esos que reciben miles de millones de apoyo, los que no pagan impuestos, los que quebrantan la ley, los que lucran con trabajo infantil, destruyen la economía, manipulan el mercado, tienen esclavos legales en algunas partes del mundo, especulan con la miseria de millones de personas, y tienen miles de millones guardados solo para presumir, Tommy hace su parte a pesar de todo, de todo el sufrimiento y desgaste, y Loach hace la suya aun con más de ochenta años siguiendo con su cine militante a favor del necesitado y desfavorecido, con todo y doble hermoso final ¿y nosotros cuando?
Calificación: Excelente








No hay comentarios:
Publicar un comentario