DIAS DE PESCA (IDEM, ARGENTINA, 2012)
Dicen por ahí que esta es la misma historia que siempre cuenta Carlos Sorin, no podría desmentirlo ya que es la primera cinta que veo de él pero tampoco le veo algo de malo, casi todos los directores cuentan la misma historia o sus mismas obsesiones en todas sus cintas, su manera de ver el mundo, por ejemplo ahí esta el maestro Woody Allen que casi siempre cuenta lo mismo y cada vez lo hace de forma esplendida, asi que si volvió a contar la misma historia no importa siempre y cuando logre resultados como los de aquí, en apenas ochenta minutos Sorin nos cuenta una historia de reencuentros, de perdón, de relaciones padres-hijos que la mayoría de las veces son quebradas y lo hace bien, prefiriendo las miradas, el silencio, los gestos, el entorno a los gritos, sobre dialogarse o exagerar, y con este tipo de películas se necesita un actor como el protagonista.
Con esto me refiero al estupendo trabajo de Alejandro Awada como Marco, un ex alcohólico que se dedica a las ventas y que decide pasar unos días de relajación pescando en un pequeño pueblo de la Patagonia, en el viaje conoce a personajes interesantes, un manager prepotente, una boxeadora necesitada, dependientes y empleados amables, tranquilos peruanos y los que lo llevaran a pescar rentándole el equipo, entrenándole y acompañándolo, todos personajes en el mejor sentido de la palabra, pero muy pronto nos daremos cuenta que lo que Marco en realidad busca es reanudar la relación con su hija, apenas llegando la busca, compra un regalo y suponemos tiene todo planeado para vivir una idílica relación, pero las cosas no resultan tan fáciles como pensaba, su hija a cambiado de domicilio y se ve obligado a buscarla, lo que es peor es que cuando la encuentra la cosa funciona pero a medias, pareciera que Ana (Victoria Almeida) le guarda un gran cariño pero un profundo rencor.
Cosa que Marco confirma cuando sin decir agua va lo dejan plantado y le escupen en la cara que no lo quieren volver a ver, después de eso Marco ya no tiene porque vivir y en medio de la pesca se pone muy mal, tanto que lo llevan al hospital donde vera su última oportunidad de ser feliz. Es obvio que Marco se enferma porque su estado de animo es inadecuado, su corazón destrozado afecta su cuerpo y su mente, y cuando lo dan de alta se queda con la esperanza de ver de nuevo a su hija y su pequeñito nieto que sin duda se preocuparan por él, cosa que parece no suceder en un final desalentador que en una nueva vuelta le regresa la vida y el alma al cuerpo a Marco, después de todo su hija lo sigue queriendo, pareciera que tiene una oportunidad, como no intentar pescar otra vez, y si falla lo intentara de nuevo, y de nuevo, una metáfora simbolismo donde la búsqueda de la felicidad de cada persona es algo importante aunque se usen métodos estrafalarios o desviaciones, una historia intimista, sencilla, esplendida, donde los gestos, los silencios, las tomas largas y ver la cara de Awada que esta sencillamente perfecto es lo mejor, puro cine y con secundarios que no son actores pero que igualmente fascinan.
Calificación: Bastante Bien
Con esto me refiero al estupendo trabajo de Alejandro Awada como Marco, un ex alcohólico que se dedica a las ventas y que decide pasar unos días de relajación pescando en un pequeño pueblo de la Patagonia, en el viaje conoce a personajes interesantes, un manager prepotente, una boxeadora necesitada, dependientes y empleados amables, tranquilos peruanos y los que lo llevaran a pescar rentándole el equipo, entrenándole y acompañándolo, todos personajes en el mejor sentido de la palabra, pero muy pronto nos daremos cuenta que lo que Marco en realidad busca es reanudar la relación con su hija, apenas llegando la busca, compra un regalo y suponemos tiene todo planeado para vivir una idílica relación, pero las cosas no resultan tan fáciles como pensaba, su hija a cambiado de domicilio y se ve obligado a buscarla, lo que es peor es que cuando la encuentra la cosa funciona pero a medias, pareciera que Ana (Victoria Almeida) le guarda un gran cariño pero un profundo rencor.
Cosa que Marco confirma cuando sin decir agua va lo dejan plantado y le escupen en la cara que no lo quieren volver a ver, después de eso Marco ya no tiene porque vivir y en medio de la pesca se pone muy mal, tanto que lo llevan al hospital donde vera su última oportunidad de ser feliz. Es obvio que Marco se enferma porque su estado de animo es inadecuado, su corazón destrozado afecta su cuerpo y su mente, y cuando lo dan de alta se queda con la esperanza de ver de nuevo a su hija y su pequeñito nieto que sin duda se preocuparan por él, cosa que parece no suceder en un final desalentador que en una nueva vuelta le regresa la vida y el alma al cuerpo a Marco, después de todo su hija lo sigue queriendo, pareciera que tiene una oportunidad, como no intentar pescar otra vez, y si falla lo intentara de nuevo, y de nuevo, una metáfora simbolismo donde la búsqueda de la felicidad de cada persona es algo importante aunque se usen métodos estrafalarios o desviaciones, una historia intimista, sencilla, esplendida, donde los gestos, los silencios, las tomas largas y ver la cara de Awada que esta sencillamente perfecto es lo mejor, puro cine y con secundarios que no son actores pero que igualmente fascinan.
Calificación: Bastante Bien