20/11/20

Cinecritica: La Habitación

LA HABITACIÓN (THE ROOM, FRANCIA -
BÉLGICA - LUXEMBURGO, 2019)
Kate (Olga Kurylenko) y Matt (Kevin Janssens) son una joven pareja que acaba de mudarse a una casa en medio de la nada donde el pintor podría inspirarse, ademas de que les resulto muy barata, en la mudanza tiran todo lo que esta dentro y se encuentran con una habitación oculta que esta completamente vacía, pero Matt descubre su secreto por casualidad, la habitación concede cualquier deseo siempre y cuando sea algo que pueda materializarse, dinero, joyas, obras de arte, comida, vinos, diamantes y un largo etc. que terminan disfrutando de forma excesiva, pasado este momento a Matt se le ocurre sacar a colación intentar tener un hijo ya que no deben preocuparse por cuestiones materiales, pero como Kate ha tenido dos abortos involuntarios ya no concibe la idea de pasar por lo mismo, y por su cuenta desea algo que rebasa los limites morales y que plantea dilemas que haran el disfrute de los cinefilos asiduos al debate.

Es decir ¿el pequeño es real? ¿tiene un alma? ¿es una extensión de la casa? Matt no lo soporta en tanto Kate por fin disfruta su papel como madre abnegada y comprensiva, pero cuando Matt descubra el funcionamiento de la habitación se da cuenta de que en realidad es una maldición, una maldición, un espejismo, una ilusión que puede destruirse de la peor manera en cualquier momento, mientras él investiga el sórdido pasado del lugar Kate intenta cuidar de su hijo Shane (Joshua Wilson) que cada vez se comporta mas altanero y seguro de si mismo, todo esto en una película de reducido metraje que funciona casi como un episodio de ciencia ficción sin renunciar a sus momentos de terror y poniendo énfasis en el fantástico, el director y guionista Christian Volckman debuta en el largometraje con actores reales y me parece que logra una buena obra que como en "Vivarium" nos retrata un miedo muy humano y mas pertinente que nunca por lo moderno que resulta.

Volckman logra ponernos la piel de gallina hacia el final planteándonos preguntas que se supone deberían ya no existir en esta era políticamente correcta ¿criar a un hijo adoptado es igual que uno propio? ¿al no tener nuestra sangre puede tener sentimientos malsanos de forma mas sencilla? ¿que nos hace padres? ¿como debe comportarse un hijo? y por supuesto esa desesperación de los padres modernos que ven como los hijos entienden rápidamente y mejor las nuevas tecnologías quedando desfasados e indefensos contra ellos en ese sentido, todo esto con una buena dirección, actuaciones competentes por mas que sean atacadas, y un final tan enfermizo y tenebroso que deja los pelos de punta, viendo esto resulta difícil pensar en tener hijos, y muchísimo menos en criar uno ajeno, es decir uno adoptado que ni siquiera esta atado por la sangre, un mensaje polémico y contrario, y que bueno que sea asi, imagen un mundo donde todos opinen lo mismo, seria horrible.

Calificación: Bien

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