20/11/17

Cinecritica: La Profecía

LA PROFECIA (THE OMEN, REINO UNIDO-EU, 1976)
La película que consagraría al director Richard Donner y que lo llevaría a ser tomado como un director con talento y ademas popular que a partir de aquí tuvo grandes presupuestos y el favor del publico, aunque la cinta es una suma del todo, desde la dirección pulcra y limpia donde Donner sabe donde poner la cámara y maneja muy bien los tiempos, una ambientación que ayuda a ponernos en los zapatos de los protagonistas, un guion que cumple con creces donde el terror psicológico se conjuga con el thriller para que en todo momento tener nuestra atención, un reparto que esta muy por encima en calidad de lo que el genero suele usar y una banda sonora de Jerry Goldsmith que exalta los atributos de la cinta principalmente con ese canto gregoriano "Ave Satani" que nos pone los pelos de punta por lo que significa y lo que quiere decir. La cinta comienza con el embajador Robert Thorn (el legendario Gregory Peck tan circunspecto como de costumbre) viajando en limusina al hospital donde su esposa dio a luz pero donde desgraciadamente el niño a muerto.

Robert esta inconsolable pero un sacerdote (Martin Benson) le dice que puede adoptar otro niño casi idéntico que esta huérfano y que nadie lo sabría, ni siquiera su mujer, el tipo acepta y con ello comienza una idílica vida donde incluso llega a ser embajador de Inglaterra y con ello acercarse a la presidencia de EU donde el presidente en turno es buen amigo suyo, hasta que en una fiesta de cumpleaños la niñera (Holly Palance) se suicida solo porque si en un ahorcamiento memorable y muy recordado, a partir de ahi las cosas se comienzan a poner extrañas, la niñera solovino Mrs. Baylock (tenebrosa Billie Whitelaw) se establece en la casa con todo e imponente perro negro que llega al tiempo y que nosotros ya habíamos visto, el desesperado sacerdote Brennan (Patrick Troughton) lo busca diciendo que debe matar al niño, y su mujer Katherine (Lee Remick, tan preciosa como siempre) ya no soporta al pequeño y piensa que no es suyo, Robert no pone atención hasta que su mujer sufre un extraño accidente, Brennan sabe mas de lo que debería, y el fotógrafo Keith Jennings (enigmático David Warner) le muestra unas extrañas fotos que parecen predecir desgracias.

A partir de entonces Robert se enfrasca en una búsqueda junto a Keith para desentrañar el misterio del pequeño Damien (Harvey Spencer Stephens con cara de ángel y sonrisa de demonio) y todos los extraños acontecimientos que estan destruyendo la vida de Robert, por supuesto que lo que encuentran va mucho mas alla del entendimiento humano y es cuando lo que comenzó como una película de suspenso y paso a ser un thriller se transforma en terror puro donde el ambiente nos hace temer, en especial porque Donner va trabajando el ambiente y nos pone cada vez mas tensos hasta que todo explota, donde no es necesario el sobresalto porque el terror impregna en todo momento la cinta y logra transmitirlo, de tal manera que al final uno termina con un sentimiento terrorífico real mucho mejor que un sobresalto que se olvida al minuto siguiente.

Por ello las cintas de terror clásicas son mejores, porque apuestan por lograr un sentimiento general que perdure y no un sobresalto que se olvide, pero supongo que en la actualidad los espectadores no buscan eso, quieren brincar y no que una idea les penetre la mente, y Donner lo hace muy bien con una producción mas que adecuada y un reparto que eleva el nivel de la cinta, momentos memorables los tiene, los múltiples y distintos asesinatos que son mas por "casualidad" que otra cosa, los perros demoníacos que estan en todos lados, el viaje al zoológico con los animales histéricos, Damien rehusándose a entrar al templo, el niño tumbando a su madre con el triciclo, los obscurecidos ojos de la niñera, la logradisima producción en especial en ese aire demoníaco que persigue al sacerdote, la investigación con el cuarto de Brennan, el misterioso monasterio, el demoníaco cementerio que revela la madre del niño (mi parte favorita) y ese viaje a tierra santa. También es cierto que no es perfecta, un final que no logra mantener la fuerza que logro hasta ese momento y algunos datos que se dan y no se retoman como si se hubieran olvidado de ellos, pero aun asi se perdonan porque la suma de las partes es positiva y como no perdonarlo con ese final mala leche donde una sonrisa anuncia el inicio del fin.

Calificación: Bastante Bien

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