2/1/15

Fruslerias: Mecanismo Electorales

Ofrezco el siguiente pasaje, libremente concentrado por mí de la novela “A man in full” (Todo un hombre), del gran periodista y escritor Tom Wolfe, publicada en 1999.
 
Habla el Alcalde de Atlanta:
“En cuanto te lanzas de candidato, te empiezan a llegar docenas de cheques. Cada uno de ellos viene acompañado de una carta-compromiso. Por ejemplo, $20,000 de una asociación de homosexuales a cambio de comprometerte a que, una vez en el cargo, apoyes el matrimonio entre individuos del mismo género, la educación gay desde la primaria, etc. Y así pasa con veteranos, negros, fabricantes de armas y docenas de intereses especiales, minorías y grupos de presión. Te ves entonces en un problema: no te quieres comprometer, pero necesitas todo el dinero que puedas conseguir. Porque nadie, pero nadie, puede ganar hoy una elección de alcalde para arriba, sin dos cosas: dinero y organización. Las campañas devoran dinero. Ningún proveedor es tan ingenuo para venderte algo a crédito: sabe que si ganas no le pagas, y si pierdes, menos. Y la organización, a fin de cuentas, depende también del dinero: el get-out-the-vote money.
 
La última semana antes de la elección se te presenta un montón de tipos. Cada uno de ellos te dice: “Yo controlo tal o cual barrio. Dame $10,000 por esos votos o vete al diablo.” Y de veras: le das el dinero en ese momento al tipejo, en efectivo, sin recibo y sin garantía ninguna, o te vas al diablo. Lo mínimo que necesitas, para ganar una alcaldía de una ciudad mediana, es medio millón de dólares sólo para este propósito de comprar votos. Si tienes un millón, tus probabilidades suben 50%. Y es dinero que sueltas en efectivo en los días previos a los comicios. Esos tipos tienen sus listas de votantes, a los que arrean a las urnas el día de la elección, a cambio de unos $30 por voto. Si tus arreados son más que los de tus rivales, ganas; si no, pierdes. Así de fácil. Suena cínico y es ilegal, pero así es. Nadie gana una elección, de alcalde para arriba, por sus puros méritos. La clave es dinero y organización… que también es dinero.”

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